- EXCELSIOR.COM.MX - A La Une - 29/Jun 10:03

Un mes de danza para el orgullo LGBTQ+

Rosario ManzanosLa violencia bordea en todo México. La sexual ha llegado a tal nivel que ha impuesto el reclamo a la visibilidad. Por ello, este año, por primera vez, tanto el INBA como la UNAM llenaron su programación con diferentes propuestas teóricas y prácticas. Para la ocasión, aparecieron dos perlas negras: Oscar Ruvalcaba y Johnny Millán en el programa Gala, travestismos coreográficos. Dos profesionales que con lujo de técnica sostenida y tablas dieron cátedra de lo que la danza –más allá de involucrar una temática gay– debe ser. TE RECOMENDAMOS: Isaac Hernández: hambre de triunfo y disciplina Con Each man kills the things he loves, Ruvalcaba salió al foro a reivindicar al escritor irlandés Oscar Wilde y mostrar la trágica temporada durante la cual el formidable escritor, alabado por Rubén Darío y traducido al español por José Emilio Pacheco, escribió su famosa epístola De profundis. Ruvalcaba, ya en sus 60, un poco como Wilde, se asume plenamente como alguien que no teme decir lo que piensa ni mostrar una coherencia telúrica. Desde Reading, donde pasó parte de su sentencia a dos años de trabajos forzados por el delito de sodomía, el Wilde de Ruvalcaba revive las penurias del dramaturgo enamorado del banal socialité Alfred Douglas. El coreógrafo conoce sus cualidades y ventajas físicas para hacer con ellas un Wilde abandonado de sí mismo. Sabe muy bien su estar en el foro y formalmente utiliza su potencia corporal para mostrar el sufrir la penuria de ser gay. Por su parte, Millán, con Una flor militar, del destacado creador Víctor Manuel Ruíz. Su evocación del escritor Yukio Mishima fue estrenada en 2009 en Cuba. Iba por una función y terminó haciendo un recorrido donde fue ovacionado siempre. Hay muy buenos bailarines varones en México; pero, desde hace años, Millán se ha destacado por poseer un feroz entrenamiento físico, virtuosismo sobresaliente y un abanico de tesituras interpretativas por las que se sabe “animal del foro”. Su magnetismo y destreza y la inteligencia de Ruíz, hacen entendibles de principio a fin los laberintos que el gran autor japonés vivió antes de terminar su vida mediante el brutal harakiri. Dos solos notables que hablan de homosexualidad, sin recurrir a nada más que a una visión transformadora del arte. CONSULTA AQUÍ LAS NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA *mcam Contenidos Relacionados: Exigen reponer sede a Antares Danza; piden la intervención de las autoridadesEvocan la singularidad de Lorca en el CenartPoema de Whitman se vuelve movimiento; Nosarrastra, estreno mundial