- EXCELSIOR.COM.MX - A La Une - 11/Aug 09:33

Shylock milita en Morena

Quizá la escena más famosa de El mercader de Venecia, del inmortal Shakespeare, es aquella en la que Shylock, el usurero, pide a Antonio, el mercader al que se refiere el título del drama teatral, que en caso de que no pague puntualmente la cantidad que le adeuda, le pague con “una libra de su carne, del sitio que Shylock escoja”; cumpliéndose el plazo, Antonio no puede pagar y el usurero escoge una libra de la carne de su deudor: “La más cercana al corazón”. Cómo resuelve el bardo inglés la sentencia de muerte contra Antonio es una de las mayores genialidades del teatro universal, que dejo en el misterio para animarles, queridos lectores, a leerlo. La imagen de la libra de carne no ha envejecido en 400 años porque la usura y el abuso en los intereses y condiciones de pago siguen siendo el abecé que padecen los más pobres. Recuerde, si no, el doloroso caso de Fernandito, el niño de 5 años de La Paz, Estado de México, muerto por una deuda de mil pesos. Ni Shakespeare podría expresar la crueldad inconmensurable de lo sucedido Pero al revisar las cifras alrededor de los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares 2025, la ENIGH, descubro a cientos de miles de niños y niñas que pagaron con su peso y estatura —una libra de su carne— las extravagancias de las decisiones tomadas por el gobierno de López Obrador durante la pandemia. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua 2022, Ensalut, detecta que en 2018-2019 prevalecía alta desnutrición crónica (baja talla) en mayores de 24 meses, pero en menores de dos años sólo afectaba al 5.8 por ciento. Pero para 2022 la desnutrición crónica en menores de 24 meses se duplicó y creció al 10 por ciento. De igual manera, de 1988 a 2012 la desnutrición crónica medida como baja talla descendió 13 puntos porcentuales, mientras que del 2010 al 2022 permanece estancada en alrededor del 12% de los preescolares. Todos estos datos se encuentran en Estado de nutrición de niñas y niños menores de cinco años en México, Ensanut 2022 de la revista Salud pública (saludpublica.mx). Pero no se trata sólo de extravagancias. Bajo los gobiernos de Morena, los programas sociales tienen claramente una orientación electorera. La salud de niños y niñas pasa a segundo plano por una razón obvia: no pueden votar. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, acaba de anunciar una nueva segmentación por edad: ahora dará poco más de ocho mil pesos a los desempleados mayores de 30 años. Está muy bien que se ayude temporalmente a quienes caen en el desempleo. Pero hay mejores maneras de hacerlo. Morena tiene la mayoría en ambas cámaras, ¿por qué no legisla e implementa el seguro de desempleo, presente en tantos países? Porque el seguro de desempleo no tendría un cariz electoral; no dependería de una ocurrencia de Clarita, sino de una legislación federal, que debería funcionar independientemente del gobierno que estuviera. Para los morenistas, lo políticamente importante es que la población blanco, en este caso los desempleados jóvenes, asocie determinado beneficio nuevo con el gobierno que lo implementa. No como un derecho, como sería el caso del seguro de desempleo, sino como un favor del gobernante. En la Zona Metropolitana conformada por la Ciudad de México y el Estado de México, 13.9% de los menores de cinco años sufren desnutrición crónica, en comparación con el 2.5% de los estados del Pacífico norte, el 6.7 del Pacífico centro o el 9.4 de la frontera. Pero reparar esa injusticia tan elemental como que los niños coman alimentos nutritivos y suficientes no es la prioridad para la jefa de Gobierno. En los estados del sureste y sur de México, esa cifra se eleva al 20 por ciento. El gobierno subsidia con alegría (y nuestro dinero) el déficit del Tren Maya, pero no repara el déficit nutricional de millones de niños. Morena es un partido que atrae a los mayores de 65 años. En las elecciones de 2024 el porcentaje de adultos mayores que votó se elevó de 68.4 en 2018 a 71.4 por ciento. Mientras que el de adultos jóvenes bajó de 55.3 a 50.4 y el de jóvenes descendió de 54.8 a 49.6 por ciento (El Economista, 6/08). Los que vamos de salida decidiendo el futuro de las nuevas generaciones con criterios anquilosados. Por ello la batalla más importante que se viene es la de la representación política, la electoral. Que en el Congreso mexicano esté representada la pluralidad política y las generaciones emergentes. Que la niñez mexicana tenga a quienes la defiendan y la incluyan en los presupuestos. Lo invito a seguir el foro sobre reforma electoral que auspician entre otras organizaciones, el Frente Cívico Nacional y el IETD este martes 12 a las 18 horas, en el restaurante El Palomino o en las redes de ambas organizaciones. Participarán los expresidentes del IFE y del INE. Hay todo por hacer: no se resigne. Columnista: Cecilia SotoImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0