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¿Por qué parece que las vacaciones veraniegas van unidas, también, al aumento de casos de gastroenteritis infantil ? Según el doctor Miguel Ignacio López Ramiro, médico especialista en medicina familiar y comunitaria, farmacéutico especialista en microbiología y probióticos y colaborador de Schwabe Farma, esto es debido, principalmente, «a factores relacionados con los cambios en la rutina y el entorno». Para empezar, explica este doctor, es probable que «la participación en actividades al aire libre y campamentos exponga a los niños al consumo de alimentos y bebidas que, en algunos casos, no cumplan con los estándares adecuados de higiene». También es frecuente, prosigue López Ramiro, «que la situación se agrave porque los niños tienen un sistema inmunológico aún en desarrollo , lo que los hace especialmente vulnerables a infecciones, además de su tendencia a llevarse las manos a la boca, facilitando así la transmisión fecal-oral de virus como el rotavirus o el norovirus«. Por esto entre otras cosas, recuerda, »es fundamental extremar las medidas de higiene y garantizar una correcta conservación de los alimentos durante esta época del año«. ¿Cuáles son los principales agentes causantes de este malestar en esta época? Las altas temperaturas facilitan la proliferación de bacterias y virus en los alimentos y el agua, incrementando así el riesgo de intoxicaciones alimentarias y gastroenteritis1. La gastroenteritis vírica es la más común en los niños, siendo los más comunes el rotavirus, que generalmente se presenta con vómitos agudos seguidos de varios días de diarrea, dolor abdominal intenso, anorexia y fiebre baja; y el norovirus, que es la causa más frecuente de brotes dentro de comunidades algo cerradas y se presenta con mayor frecuencia con calambres abdominales y náuseas, seguidos de vómitos y diarrea. También se da el contagio a través de bacterias, como La Escherichia Coli o la Salmonella, o parásitos. ¿Qué hábitos o situaciones veraniegas aumentan el riesgo (piscinas, alimentos al aire libre, viajes, etc.)? Al aumentar el tiempo y las actividades que se realizan al aire libre, aumenta la posibilidad de una transmisión fecal-oral, que es la forma habitual en que se propaga la gastroenteritis viral. Los niños con diarrea y/o sus cuidadores pueden tener algunas heces infectadas en las manos (especialmente cuando no se las lavan bien). Luego, cualquier objeto que toquen, como un pañal, un juguete o comida, también se contamina con heces infectadas, por lo que otros niños que toquen ese objeto y luego se metan las manos y los dedos en la boca o cerca de ella pueden infectarse con el virus. ¿Qué signos y síntomas deberían alertar a madres, padres o cuidadores sobre una posible gastroenteritis? Según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria ( SEPEAP ), los principales síntomas de trastornos gastrointestinales de los niños durante el verano son diarrea frecuente, vómitos, fiebre, dolor abdominal o falta de apetito. También es importante observar signos de deshidratación, como boca seca, llanto sin lágrimas, somnolencia o disminución en la cantidad de orina. Si estos síntomas se intensifican o persisten más de 24-48 horas, es clave consultar con un profesional para evitar complicaciones. ¿Cuándo se trata de un cuadro leve y cuándo debe consultarse de forma urgente? La gastroenteritis leve se caracteriza por diarrea acuosa, náuseas, vómitos, dolor abdominal leve o fiebre baja, y suele durar entre 1 y 3 días. Los síntomas preocupantes incluyen fiebre alta, diarrea con sangre, vómitos prolongados o dolor abdominal intenso, requiriendo en estos casos consulta profesional. La complicación más común de la gastroenteritis grave es la deshidratación , que ocurre cuando se pierde una gran cantidad de líquido en el vómito y las heces. Los niños que están ligeramente deshidratados tienen sed, pero los niños con deshidratación grave se vuelven apáticos, irritables o lentos (letárgicos). Los bebés son mucho más propensos que los niños mayores a deshidratarse y desarrollar efectos secundarios graves. Los bebés deshidratados necesitan atención médica de inmediato. ¿Qué complicaciones pueden surgir si no se actúa a tiempo, especialmente en lactantes y niños pequeños? Si no se actúa a tiempo, la gastroenteritis en lactantes y niños pequeños puede evolucionar rápidamente desde la deshidratación severa hasta fallo circulatorio y alteraciones electrolíticas. Puede provocar convulsiones, encefalopatía o incluso sepsis, y en casos graves se asocia con hospitalización prolongada y complicaciones sistémicas. En casos muy extremos, la diarrea puede durar varios días y puede dejar al cuerpo sin el agua y las sales necesarias para la supervivencia. ¿Qué recomendaciones prácticas ofrece para prevenir la gastroenteritis en vacaciones o climas calurosos? Para evitar esos trastornos intestinales es necesario mantener de forma adecuada la cadena de frío de los alimentos y asegurar una correcta desinfección de estos (especialmente de las frutas y verduras), y aumentar las medidas de higiene, como el lavado de manos frecuentes, ya que durante este periodo pasan gran parte del tiempo jugando al aire libre. Es recomendable también el uso de probióticos formulados con cepas específicas adaptadas a estas edades, que ayudan restaurando el equilibrio de la microbiota intestinal, reduciendo la duración y severidad de la diarrea, fortaleciendo la barrera intestinal y modulando la respuesta inmune. ¿Cuáles son los errores más comunes que suelen cometerse en el manejo de la gastroenteritis infantil? Al contrario de lo que se tiende a pensar, se recomienda retomar la alimentación normal cuanto antes para restablecer el equilibrio nutricional. No se recomienda el uso rutinario de agentes antidiarreicos, ya que muchos de estos agentes tienen efectos adversos potencialmente graves en lactantes y niños pequeños. En el tratamiento de niños con gastroenteritis aguda se recomienda la rehidratación oral y algunos probióticos que contengan cepas específicas de Lactobacillus Reuteri, que han demostrado reducir la duración de la diarrea y mejorar la consistencia de las heces. Por último, ¿qué mensaje daría a las familias que viajan o que pasan más tiempo fuera de casa con sus hijos durante el verano para mantenerlos protegidos frente a estas infecciones? Principalmente que mantengan una dieta equilibrada. En verano, se recomienda preparar a los niños alimentos frescos, ligeros y ricos en agua. Igualmente prestar atención a la higiene cuando realicen actividades al aire libre y, especialmente, si han tenido contacto con algún caso de gastroenteritis.
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