Maroc - AVOZDELAREPUBLICA.ES - A La Une - 07/Oct 04:30

Las olimpiadas que no fueron

Las olimpiadas que no fueronManuel Carmona Curtido  1 INTRODUCCIÓN En agosto de 1936 se llevaron a cabo los juegos olímpicos de Berlín, la propaganda estadounidense se ha encargado de justificar su participación con las cuatro medallas conseguidas por el atleta afroamericano Jesse Owens, desbaratando los principios nazis de la superioridad aria, pero ¿qué significó realmente estas olimpiadas en su contexto histórico? Las olimpiadas fueron utilizadas como medio propagandístico por Alemania, con el objetivo de difundir su ideal supremacista, por Estados Unidos como posicionamiento político frente a los ideales racistas nazis, aunque en la realidad practicaba una política supremacista en su propio país y por el movimiento antifascista internacional que intentó llevar a cabo un evento multideportivo que confrontara ideológicamente con los ideales del nazismo y el fascismo. 2 EL DEPORTE COMO PROPAGANDA El régimen nazi encontró en la celebración de las olimpiadas una oportunidad para demostrar al mundo su capacidad de gestión, la unidad del pueblo alemán, la exposición de sus principios ideológicos sobre la supremacía aria y la normalización de sus políticas segregacionistas. En 1933 el partido nazi expulsó de sus equipos olímpicos a todos los deportistas “no arios” independientemente de su clasificación en los rankings deportivos. Con el objetivo de disimular  esta política y suavizar las críticas internacionales permitió a una deportista judía participar en su disciplina en representación de Alemania, Helene Mayer participó en esgrima obteniendo la medalla de plata para Alemania[1], tras la olimpiadas se exiliaría en Estados Unidos. Hitler entendió que las olimpiadas eran una oportunidad para desplegar su propaganda y se encargaron a los artistas alemanes que difundieran el ideal ario en su obra que fue representada en toda la iconografía relacionada con las olimpiadas, destacando la “perfección” física aria. 49 países participaron en esta edición de los juegos olímpicos. Esta participación legitimó al régimen nazi internacionalmente. La existencia de campos de concentración como el de Dachau, donde fueron encarcelados, en primera instancia los opositores políticos al régimen nazi, desde 1933, no fueron impedimento para boicotear los juegos olímpicos por parte de los países que representaban a democracias liberales. Difícilmente un país que había llevado a cabo una política racista, que había implantado un año antes de las olimpiadas las “Leyes raciales de Nuremberg” que se dividía en “La ley de la ciudadanía alemana” y “La ley para la protección de la sangre y el honor de los alemanes” podía enaltecer los valores que se pretenden promover en los juegos olímpicos como son: la excelencia, la amistad, el entendimiento entre los pueblos, el juego limpio el respeto por las reglas, los adversarios y el ambiente. Dos años más tarde los nazis llevarían a cabo la “noche de los cristales rotos” donde miles de judíos fueron asesinados, comenzando su traslado a campos de exterminio e iniciando el holocausto donde serían asesinados unos seis millones de judíos, medio millón de gitanos, unos quince mil homosexuales y una cifra indeterminada de opositores políticos. 3 EL DEPORTE COMO CONTRAPROPAGANDA Pero no todos los países que participaron en las olimpiadas siguieron los principios raciales de la Alemania nazi en la conformación de sus equipos. Con el equipo de Estados Unidos participaron 18 atletas afroamericanos que desafiaron los principios raciales que Alemania propugnaba, entre ellos cabe destacar: Ralph Metclafe: ganó medallas en las pruebas de 100 m y relevo 4×100 m.Cornelius Johnson: ganó medalla de oro en salto de altura.David Albritton: ganó medalla de plata en salto de altura.Joe Louis: ganó medalla de oro en boxeo en la categoría de peso pesado.Jesse Owens: ganó cuatro medallas de oro en las pruebas de 100 m, 200 m, relevo 4×100 m y salto de longitud.  La actuación de estos deportistas desafiaba las teorías raciales en las que se sustentaba el régimen nazi. Jesse Owens fue utilizado por Estados Unidos como símbolo de pluralidad racial y posicionamiento e integración racial que contrarrestaba las políticas nazis. Sin embargo Estados Unidos siguió manteniendo leyes de segregación racial hasta 1965. Estos hombres, por muchas medallas que hubieran obtenido en las olimpiadas, cuando llegaron a Estados Unidos seguían sin poder sentarse en los asientos delanteros de los autobuses, o comer en restaurantes del centro de su ciudad. Las leyes raciales estadounidenses seguían segregando a los afroamericanos en relación al ideal norteamericano wasp (White, anglo-saxon, protestant). 4 EL VERDADERO BOICOT Sin embargo hubo un movimiento que pretendía establecer un verdadero boicot a las olimpiadas organizadas por Alemania. El movimiento antifascista internacional organizó un evento alternativo con el objetivo de protestar por la oportunidad que las olimpiadas daban al régimen nazi de “blanquear” su imagen ante el mundo. La Internacional Deportiva Roja (Sportintern) inició la propuesta que fue organizada por el Comitè català pro esport popular. El gobierno de la República Española, se unió al bloqueo real de las olimpiadas de Berlín, decidiendo no mandar representes y apoyó la celebración del evento deportivo alternativo. En la Olimpiada Popular de Barcelona se habían inscrito deportistas de 22 países, entre ellos: Estados Unidos, Francia, Países Bajos, Bélgica, Checoslovaquia, Dinamarca, Noruega, Suecia, equipos de exiliados alemanes e italianos. Representación de pueblos colonizados como Argelia, Marruecos y Palestina, así como deportistas judíos. Las regiones que se consideraban con identidad nacional como Alsacia, Cataluña, Galicia y el País Vasco tendrían representación propia. Por su organización y estructura, no solo se planteaba como un evento multideportivo alternativo al organizado por el régimen nazi, sino que representaba una propuesta antifascista y antiimperialista, desafiando la estructura geopolítica existente en la época. Lamentablemente el estallido de la Guerra Civil impidió que se llevara a cabo. Credit: Album / Pictures From History/Universal Images Group  5 CONCLUSIÓN Los eventos deportivos (como de cualquier otro tipo), son usados como medios propagandísticos para la difusión de ideas que justifique los principios ideológicos de sus participantes. Las olimpiadas de Berlín fueron usadas por el régimen nazi como altavoz de su ideología racista y supremacista, los éxitos de los deportistas afroamericanos fueron usados por Estados Unidos como posicionamiento ideológico ante la Alemania nazi, aunque mantuviera leyes segregacionistas en su país que solo fueron abolidas por la movilización social del movimiento Pro Derechos Humanos en los años sesenta. Las olimpiadas populares fueron una alternativa propagandista que el movimiento antifascista internacional quiso cristalizar en Barcelona auspiciado por el recién nombrado gobierno del Frente Popular, lamentablemente no pudo llevarse a cabo por el golpe de estado que el fascismo perpetró en España, dando como resultado tres años de Guerra Civil y cuarenta años de dictadura. Poco se conoce de esta iniciativa de lucha contra el fascismo y el nazismo, siendo un tema sobre el que merece la pena investigar, con el objetivo de encontrar alternativas a los desafíos del presente donde el auge de la extrema derecha es más que una evidencia. Hay un dicho alemán que dice que si en una mesa hay sentadas diez personas y un nazi, entonces hay once nazis. “Los síntomas fascistas están ahí, entre ellos el racismo extremo, la violencia o el culto al líder” Noam Chomsky Manuel Carmona Curtido. Referencias: [1] encyclopedia.ushmm.org Fuente → anthropologies.es La Voz de la República - Todas las Noticias RSS El Primer DNI Republicano