Maroc - LA NUEVA ESPANA - Oviedo - 03/Feb 03:00

El teatro y la vida

Que el teatro es un reflejo de la vida es algo que tienen muy claro los de "L’Om Imprebís" y así lo ponen de manifiesto en este bello y divertido homenaje al arte escénico, en el que recrean un taller de teatro al que asisten doce personajes de lo más variopinto. La vida que irrumpe en el teatro y el teatro que se cuela en nuestras vidas, interpelándonos, conmoviéndonos y emocionándonos, pues como afirma el personaje del director, encarnado por el propio Santiago Sánchez, "el teatro, con cosas de mentira, crea emociones que son muy verdaderas". Una puesta en escena sobria y austera, en la que se aprovecha el propio escenario como sala de ensayos, y se mantiene la luz del patio de butacas durante buena parte del espectáculo, da una sensación de verosimilitud, que es reforzada por la solvencia y naturalidad de Santiago y de todo el equipo, que es fruto de los cuarenta años que llevan pisando los escenarios. La primera parte de la función consiste en una presentación de los doce alumnos que acuden al taller y se convierte en un ejercicio de virtuosismo, pues son encarnados consecutiva y vertiginosamente por los dos Carles, Montoliu y Castillo, con un mínimo elemento identificativo que los caracteriza, como una guirnalda, una montera, unas gafas, un capazo, una gorra de coronel, un trapo, una visera o una estatuilla de Óscar. Mientras aprenden a utilizar el espacio, el cuerpo y la voz con los ejercicios más típicos, vamos conociendo a una exbailarina, un coronel intransigente, un trabajador de Mercaoviedo deprimido, una enfermera hippy vasca, dos hermanas valencianas, una de ellas cocinera en un bar, un extorero que quiere triunfar en Telecinco, un homosexual que lucha contra los prejuicios, un adolescente con complejo de Edipo, un punki malabarista de semáforo, un actor en decadencia y un empresario de funerarias que sólo busca aumentar su negocio. Sus vidas se entrecruzan con monólogos tan icónicos como el de Nora de "Casa de muñecas", con Carmensín, que finalmente abandona a su marido, o el de Shylock de "El mercader de Venecia", llevado a la lucha LGTBIQ de Carlos y el de Olga de "Tres hermanas", que le viene como anillo al dedo a José Luis para la funeraria. Pero el verdadero prodigio es la representación final que hacen de "Hamlet", un alarde de síntesis y claridad, que logra condensar toda la obra en unos pocos minutos y con un diálogo muy eficaz entre cada actor y personaje, que constituye un broche de oro a una representación entretenida y amena, que tiene toda su fuerza en el talento interpretativo y el amor por el teatro.