Memoria histórico-artística

Manuel Álvarez Laviada (1892-1958) fue un magnífico escultor, que además se esforzaba en obtener un entorno arquitectónico que realzaba sus obras, dotándolas de especial teatralidad. Asturias, región en que nació, tiene la fortuna de contar, en su patrimonio escultórico, con una parte sustancial de su obra, destacando en Oviedo el teatral monumento a José Tartiere Lenegre y el mucho más recatado a Leopoldo Alas, "Clarín". Pero la huella principal la dejó en Gijón, sobre todo en el despliegue escultórico de la antigua Universidad Laboral y en el parque de Isabel la Católica, en este con ejemplos tan soberbios como Diana Cazadora y, sobre todo, Las Dríadas. El "Monumento a los Héroes del Simancas" no alcanza tal vez la misma altura en cincel y figuras (como si a este represaliado del franquismo le faltara inspiración), pero es un prodigio de composición y de escenografía arquitectónica.

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