Maroc - BLOG.FUNDAE.ES - A la Une - 19/Dec 09:36

Formación para personas con discapacidad: retos, accesibilidad y recursos

La formación para personas con discapacidad constituye un aspecto clave para lograr su inclusión plena en la sociedad. Les permite no solo mejorar sus habilidades y empleabilidad, sino que también fomenta su independencia y participación en la comunidad. Sin embargo, a pesar de los avances en accesibilidad y ayudas, sigue habiendo barreras importantes para su participación que requieren atención urgente. Entendemos como discapacidad la condición de determinadas personas que presentan alguna deficiencia física, intelectual o sensorial que supone una limitación importante para realizar las actividades de la vida diaria. Según los datos de la Encuesta de Discapacidad, autonomía personal y situaciones de Dependencia 2020 elaborada por el INE, en España hay 4,38 millones de personas que declaran tener alguna discapacidad, el 58,6% de ellas son mujeres. Como destaca un reciente informe de Randstad sobre medidas de integración de las personas con discapacidad, en España cerca de 2 millones de personas con discapacidad en edad laboral han mejorado progresivamente su nivel de formación. Pero aún es necesario seguir mejorando la formación a lo largo de toda la vida laboral de estas personas, adaptándola a las necesidades cambiantes del mercado laboral y de las empresas. Este dato nos revela la importancia de la formación para su inclusión laboral que ha crecido constantemente desde 2015. La accesibilidad es uno de los mayores desafíos en la formación para personas con discapacidad. Esto incluye no solo adaptar los contenidos y plataformas digitales para personas con discapacidad sensorial o cognitiva, sino también eliminar barreras físicas en los centros de formación. Tanto la web corporativa de Fundae, como nuestra plataforma de formación eFundae, alcanzan el nivel AA de las Pautas de Accesibilidad al Contenido Web; como también lo logran todos los cursos gratuitos que en ella se ofrecen, lo que garantiza que son accesibles a personas con discapacidad. Como ejemplo podemos citar a la entidad Plena Inclusión que ha desarrollado una plataforma de aprendizaje en línea específicamente diseñada para ser accesible para personas con discapacidad intelectual. A través de ella ofrece cursos gratuitos de autoaprendizaje que permiten a los usuarios avanzar a su propio ritmo. Por su parte, la Fundación DFA promueve la accesibilidad universal de sus centros de formación, en los que ofrecen programas de formación presencial para adultos con discapacidad funcional, con el objetivo de fomentar su integración laboral y autonomía personal. Barreras y retos actuales A pesar de los progresos realizados, las personas con discapacidad todavía se enfrentan a múltiples barreras que dificultan su acceso a la formación: Limitaciones tecnológicas. Muchas plataformas de formación online no cuentan con adaptaciones adecuadas para estudiantes con discapacidad. Por ejemplo, las personas ciegas a menudo encuentran obstáculos en el acceso a materiales que no son compatibles con lectores de pantalla. Escasez de recursos. A pesar de las subvenciones disponibles, las entidades de formación carecen a menudo de los fondos necesarios para implantar las adaptaciones necesarias para hacer accesibles los cursos, como la contratación de intérpretes de lengua de signos o la producción de materiales en lectura fácil. Falta de concienciación. Las barreras mentales de buena parte de la sociedad respecto a la discapacidad son también un gran problema. La falta de formación en inclusión, tanto en la educación como en el ámbito laboral, mantiene vivos los prejuicios y hace más difícil aplicar prácticas que realmente sean inclusivas. A lo largo de los años diversas organizaciones han liderado iniciativas cruciales para promover la inclusión en la formación: Fundación ONCE. Con un enfoque integral, lidera programas que combinan formación académica con prácticas laborales. Iniciativas como su Programa de Formación y empleo y proyectos en colaboración con universidades, han demostrado ser eficaces para mejorar la empleabilidad de jóvenes con discapacidad. Fundación Juan XXIII. Esta institución aboga por una inclusión social y laboral de personas con discapacidad intelectual, ofreciéndoles cursos gratuitos subvencionados por las administraciones públicas y empresas privadas, que les permitan acceder a un puesto de trabajo. Plena Inclusión. Además de su plataforma formativa, esta organización trabaja directamente con familias, profesores y profesionales para abarcar todas las necesidades de las personas con discapacidad intelectual. Sus cursos también están dirigidos a quienes cuidan de estas personas, ya que su apoyo es clave en el proceso de aprendizaje. El acceso a la formación inclusiva depende en gran medida de las ayudas económicas como los cursos gestionados por Fundación ONCE, cofinanciados por el Fondo Social Europeo. En el ámbito local, comunidades autónomas y ayuntamientos ofrecen subvenciones específicas para financiar programas de formación y proyectos educativos adaptados. Estos fondos permiten a las entidades desarrollar iniciativas innovadoras que respondan a las necesidades particulares de las personas con discapacidad. Impacto de la formación inclusiva La formación inclusiva no solo tiene un impacto directo en la vida de las personas con discapacidad, sino que también enriquece a la sociedad en general. Cuando se tiene acceso a la educación y la capacitación, la participación en el mercado laboral y en la vida comunitaria se incrementa significativamente. Además, su presencia en entornos formativos y laborales fomenta la diversidad, promueve la empatía y contribuye a una cultura de igualdad de oportunidades. En el futuro es esencial seguir trabajando para incrementar los recursos destinados a la accesibilidad y a la formación continua de educadores y profesionales con el objetivo de garantizar una inclusión real. Las barreras pueden ser superadas mediante el compromiso de instituciones, empresas y la sociedad en su conjunto. Los cambios demográficos experimentados en las últimas décadas en España han traído consigo profundas transformaciones en la pirámide poblacional, entre ellas un proceso de envejecimiento notable. Como efecto de este envejecimiento se producirá también un aumento de las personas con discapacidad, ya que la edad es un factor determinante en la aparición de este fenómeno. Además, el aumento de la longevidad ha conducido a que instituciones sociales y políticas deban ajustar sus objetivos a la nueva realidad, demandando más protección social y un mayor apoyo a las personas que se encuentran en situación de dependencia, bien por edad o por discapacidad.