Maroc - AVOZDELAREPUBLICA.ES - A La Une - 28/Jul 07:00

Apuntes y sugerencias de la complementación de la Ley de Memoria

Apuntes y sugerencias de la complementación de la Ley de Memoria. Maria Toca  Se me pidió por  parte de la comisión de estudio de ampliación de la Ley de Memoria, instada por el gobierno mi opinión y si era posible realizar sugerencias para tenerlas en cuenta. Aquí dejo lo que envié.  María Toca Cañedo Ampliación de la Ley de Memoria,  desde 1978 hasta 1983. Como preludio a las sugerencias que se me han solicitado, quiero expresar  la absoluta necesidad de reforma de la  Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía,  en donde se recoge la impunidad hacia todos los actos punitivos efectuados  durante el franquismo. Debido a ello, la Memoria se encuentra con un muro insalvable ante el que se rompen todas las esperanzas de una posible y justa reparación hacia las víctimas de la represión que durante el franquismo y la Transición sufrieron los rigores de un régimen dictatorial. Sería imprescindible, bien derogar la ley, o reformarla de manera que fuera  factible entablar las reclamaciones y reparaciones al dolor personal y a la usurpación de bienes que fue ejercida por las fuerzas golpistas hacia las víctimas. Sin esa posibilidad toda reparación es imposible y la justicia se queda en meramente testimonial por lo que cualquier medida o ley que no reponga y restituya el dolo causado, no tiene mucho sentido. Soy consciente de la dificultad que esto entraña, pero es precisamente este gobierno, que se ha atrevido a hacer una ley de Amnistía con el fin de pacificar Cataluña y ha tomado decisiones  audaces,  el que puede hacer posible esta demanda largamente pospuesta durante más de cuarenta años… Dos elementos principales a resaltar en lo que entiendo como reparación posible a las víctimas del periodo solicitado. Primero: Por un lado, se debería constatar la importancia que tuvo la lucha universitaria y de los/as trabajadores en la consecución de derechos democráticos. Se suele insistir en que la “democracia fue traída” como si de pronto, los poderes emanados de la dictadura -no olvidemos que tanto el rey Juan Carlos I, como Suarez, procedían del puro franquismo- se trasformaron en adalides y pergeñadores de la democracia. Considero que no fue así. La muerte del dictador, las presiones internacionales, con EEUU a la cabeza y Europa en su mayoría, deseaban una salida  moderada a la descompuesta dictadura española. Se pactó un acuerdo a cambio de varias dejaciones por parte española,  entre ellas, la traición al pueblo saharaui olvidando la cesión prometida a sus legítimos dueños, para ofrecérsela a Marruecos y Mauritania, de esa forma se consiguió que EEUU apoyara a un rey desconocido nombrado por el dictador y  cumplimentó de forma reglamentaria con los parámetros de las democracias liberales que salieron de la II Guerra Mundial. Las democracias occidentales no querían una revuelta a la portuguesa y se sacaron de las mangas del uniforme azul de los antiguos gobernantes, la Transición. Sin entrar en discusiones sobre la calidad democrática de dicha Transición, me he encontrado siempre con el reproche de la gente que luchó en la calle, con riesgos muy altos de perder la vida, la libertad o la salud, lamentando el abandono por parte de un estado que no reconoce que la lucha universitaria, sindical, de las asociaciones de vecinos (que gran importancia tuvieron en el advenimiento de la democracia, como ejemplo puede servir la lucha vecinal de barrios como Orcasitas en Madrid, en Santander, Barrio San Francisco, Pesquero…) incluso de una parte de la iglesia que se posicionó a favor de una sociedad libre y democrática. La protesta callejera, sindicalista,  universitaria, vecinal ha quedado ocultada por el brillo de otras entidades que han recogido los triunfos, casi siempre menos merecidos. Es imprescindible para la salud democrática de nuestro país, el reconocimiento de esas luchas. Las gentes que fueron apaleadas por las calles, expulsados/as de los trabajos,  detenidas, torturados…y los más de setecientos muertos que quedaron ocultos en la “gloriosa Transición” Hago notar que en la revolución portuguesa hubo uno o dos muertos. En nuestra Transición el numero anterior es claramente exacto. Los grupos ultras atentaban a diario contra librerías, centros vecinales, incluso iglesias que amparaban a obreros y luchadores se vieron afectados por su violencia. Las fuerzas represivas (sí, represivas, provenientes de la dictadura, como   la judicatura,  las FOP, y el ejército…y de esos vientos, estas tempestades)  no fueron depuradas ni reasignadas,  siguiendo con los mismos sesgos que en la dictadura. Los Tribunales de Orden Público pasaron de la noche a la mañana a ser democráticos cuando supusieron durante décadas una terrible depuración de demócratas. Los mismos jueces, policías y ejercito que reprimía y aplastaba los movimientos populares, sin ninguna formación ni reconversión, pasaron a ser los garantes de las leyes emanadas del pueblo. Repito, que esa falta de depuración y/o reconversión es uno de los graves problemas que padecemos ahora, como la masiva afluencia de votantes de ultraderecha  en las Fuerzas de Seguridad del Estado…y ¿qué decir de la judicatura? Creo que es imprescindible hacer repaso a la Transición; reconocer, por parte del estado, lo que no se hizo, lo que se hizo mal y dar lugar a la reparación memorialistica e histórica de la gente que luchó de verdad por la democracia y las libertades. Hacer actos de reconocimiento a las víctimas de esa época, los que sufrieron cárcel, torturas, vejaciones o fueron asesinados. Creo, además, en el efecto terapéutico y pedagógico de las medidas de reconocimiento y reparación en la sociedad actual y entre los entes que siguen reticentes a los métodos democráticos. En mi mente está el clamor de Chato Galante, en el que pienso cuando redacto esto. Luchador infatigable desde la LCR,  que fue detenido y torturado de forma brutal por Billy el Niño y murió en plena pandemia sin reconocimiento a su juventud truncada, sin ver reparado el dolor de tantos años de represión. Como ironía del destino, Juan Manuel Rodríguez Pacheco (Billy el Niño) era vecino de Chato,  ambos paseaban a sus perritos en el mismo parque. También tengo en mente a mi querido amigo, Manuel Blanco Chivite, condenado a muerte en 1975, conmutada  la pena por prisión de la que salió amnistiado pero nadie ha reparado ni pedido perdón por aquellos terribles días en donde vio caer asesinados a sus compañeros en lo que fueron los últimos crímenes del franquismo. A mi amiga del alma Violeta Valdor, más de veinte años en la clandestinidad, renunciando a su vocación pictórica, a ser madre y compañera formando una familia durante ese periodo de tiempo. Como ellos, tantos/as que entregaron los mejores años de su vida a la lucha por la libertad y la democracia. Tampoco olvido las dolorosas vivencias de Pepín Cuevas, inculpado por el caso Scala que fue torturado salvajemente, junto a sus compañeros pasando doce años en la cárcel por un delito preparado y dirigido desde el Ministerio de Interior, a cuyo mando estaba el siniestro Martín Villa. Pepín y la gente que fue implicada en esos hechos, han muerto sin ver  reparación , sin que nadie se disculpara ni le eximieran de la condena impuesta en unos juicios vergonzosos. Pepín, fue un humilde pastor toda su vida, manteniendo las ideas libertarias y un amor a la humanidad que creo le hacen merecedor de recuerdo y reparación. Es muy importante que se tenga en cuenta que la DEMOCRACIA SE GANÓ, la ganaron los/as jóvenes universitarios, los/as trabajadoras, sindicalistas,  periodistas, vecinos de barrios, todos/as las que lucharon con riesgo de sufrir descalabros y hasta perder la vida. Recordemos que las tramas negras fascistas andaban sueltos y agresivos atentando cada poco contra propiedades y vidas de la gente significada de izquierda. La DEMOCRACIA NO FUE TRAIDA, por la elite del poder. Fue ganada por el pueblo español por lo que es imprescindible un reconocimiento a la lucha antifascista de ese pueblo que se la jugó durante años y muchos/as de ellas, perdieron oportunidades de estudiar, trabajar o formar una familia,  al dedicar fuerza, tiempo y energía a luchar por la democracia y los derechos civiles. Por tanto, es de necesidad el RECONOCIMIENTO A LA LUCHA ANTIFASCISTA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA y una disculpa oficial por tanto dolor, injusticia y vejaciones y muertes evitables de haberse realizado una Transición rupturista con la dictadura. También, sería importante, plantearse una justicia restaurativa cuando fuera posible con las víctimas de las diferentes formas de represión social. El reconocimiento dialogado por parte del Estado del sufrimiento de tantas personas, creo que tendría un efecto terapéutico para la sociedad. Segundo: Y no menos importante. Las duras condiciones que durante ese lapso de años sufrimos las mujeres. La ley de divorcio entró en vigor el siete de julio de 1981. En 1978, justo el veintiséis de mayo, se despenalizó en el Código Penal el adulterio femenino que contenía  penas desde seis meses a seis años de cárcel solo para nosotras. Inmaculada Benito, como ejemplo de lo que afirmo, fue una de las últimas acusadas de adulterio. La presión popular del feminismo incipiente y la labor de abogados/as que se implicaron en la defensa de estas mujeres, consiguieron que la ley se reformara en este apartado…Hago notar que la primera Ley de divorcio (que padecí) fue limitada y sujeta a una mentalidad patriarcal bastante intensa. Hasta 1985 no se despenaliza el aborto en nuestro país. Fue con la Ley Orgánica 9/1985, fecha en que se puso fin a una terrible lacra que padecí de forma personal. Las mujeres que podíamos pagar (o nos prestaban o reuníamos lo suficiente) el dinero que costaba un aborto en Londres, salíamos en aviones diarios repletos de avergonzadas y tristes mujeres, hacia la capital inglesa, donde se había constituido una verdadera factoría de clínicas abortistas para españolas. Las que no podían hacer ese viaje se sometían a carnicerías en las casas de parteras o de mujeres, que de forma altruista o no, efectuaban una intervención que, muchas veces, costó la vida de las que no tenían más opción que jugarla porque ni podían ni querían tener un hijo. He conocido  un suicidio de una comadrona que fue denunciada y antes de salir su juicio se tiró desde la planta novena de la Residencia Cantabria de Santander. Otro caso que nos puede servir de ejemplo. N.S, joven de dieciséis años quedó embarazada de su novio en 1978. Aterrada por lo que pudieran hacerle sus padres y sin medios económicos, decidió abortar de forma clandestina en una casa particular de una mujer sin conocimientos médicos que se dedicaba a  la practica abortiva. Pocos días después fue ingresada debido a unas hemorragias terribles. N.S no confesó hasta que los médicos detectaron una septicemia cuando ya nada podían hacer por ella. Murió víctimas de un patriarcado asesino. Su padre, su novio y la persona que la realizó la intervención fueron denunciados y sufrieron cárcel. Esas mujeres, niñas algunas, merecen recuerdo y reparación de Memoria, porque fueron víctimas de un estado patriarcal, asesino. Recordemos las leyes de aborto y divorcio que entraron en vigor durante el tiempo republicano que fueron abolidas por el estado fascista. Las mujeres, además de abortar en condiciones terribles, nos jugábamos la cárcel, el descredito, la vejación de la sociedad. Como ejemplo podemos citar a las Once de Basauri, que fueron todo un hito en el movimiento feminista español y en la lucha en pro del derecho a la interrupción del embarazo rtve.es El sufrimiento de las mujeres al impedirnos abortar de forma legal y humana fue terrible. Ignoro la cifra de las que murieron en el intento de interrumpir su embarazo, pero estoy segura que fueron suficientes para exigir un reconocimiento de ese horror que vivimos como consecuencia del retraso en sacar un ley de aborto que salvara tantas vidas. Y no solo era eso. Los anticonceptivos estaban tajantemente prohibidos (claro que dependía de la clase social, si era alta, siempre había un médico amigo que recetaba…como el aborto que se facilitaba en clínicas de lujo) Durante años, mi abuela me conseguía el Neoginona de forma clandestina en una farmacia donde la titular se solidarizaba con las mujeres que no teníamos acceso a métodos anticonceptivos, con el consiguiente riesgo para ella. Me consta que muchas ginecólogas y personal sanitario se la jugaron para que el grueso de las mujeres tuviéramos acceso a los métodos anticonceptivos de forma ilegal. Esas mujeres merecen ser reconocidas y alabada su lucha, así como el sufrimiento que padecimos las mujeres españolas en una época en la que en los países limítrofes poseían desde tiempo atrás tales derechos. Por no recordar lo legislado que durante la República puso en valor los derechos de la mujer. He dejado para lo último al Patronato de Protección de la Mujer, que fue abolido en 1984, no de forma  voluntaria por parte del estado que ni tenía noticias de ese tenebroso antro donde se torturó a miles de niñas y mujeres durante más de cuarenta años, de donde salieron las tramas de robo de bebés que han perdurado en el tiempo. Fue la lucha valiente y suicida de las internas de Peñagrande, las que propiciaron que ese terrible Patronato fuera disuelto por don Enrique Miret Magdalena. El Patronato merece reparación; sus mujeres están vivas y viven aún bajo las secuelas de aquel terror, de las humillaciones, vejaciones, torturas y maltrato que desde la iglesia, encargada de gestionar los centros dependientes de la institución, y bajo la indiferencia de los poderes públicos, se les hizo durante más de cuarenta años. La ley de Memoria se ha olvidado de las mujeres y sobre manera de las que padecieron el Patronato de Protección a la Mujer.. Eran niñas, hoy son mujeres que viven bajo el estigma de aquella monstruosidad que las condicionó el resto de sus vidas. Y a ellas sí las hemos escuchado. Reclaman reconocimiento y una disculpa de los estamentos responsables de su tortura. Murieron muchas. Se suicidaron bastantes porque no podían soportar el horror de vivir bajo un régimen de crueldad infinita. Eran niñas de diez, once, doce años…niñas torturadas por un sistema depravado. Siguen esperando una respuesta que no ha llegado aún. Por parte del estado español y de la iglesia que se ensañó con ellas solo hay silencio y ninguneo. Han desaparecido los archivos del Patronato, que he buscado personalmente para realizar el reportaje que aporto. Han borrado las huellas de aquel horror y solo tenemos el testimonio de sus víctimas para recordar y buscar una reparación a tanto dolor. Se han diluido los sufrimientos de esas mujeres porque eran eso, mujeres, niñas en su mayoría;  estaban solas y eran pobres. Muchos condicionantes para ser olvidadas. Urge, urge mucho una reparación a las “patronatas” Hay que escucharlas, hay que contar lo que vivieron porque, aunque el franquismo solo hubiera hecho lo acaecido en esos centros, merecería la condena unánime de la historia. Es posible que ni en los peores campos de concentración se sufriera lo que ellas padecieron. Y siguen esperando un reconocimiento y una disculpa oficial, por parte del estado y de la iglesia. Las conductas memorialísticas que adopta un país, no solo son útiles para restañar heridas y hacer justicia. Estoy segura del enorme poder terapéutico que ejercen sobre la sociedad y el aprendizaje sobre lo que jamás podemos consentir que vuelva a ocurrir. Necesitamos una pedagogía intensa, en los colegios, institutos, universidades. Necesitamos una desfranquización como se realizó en Alemania la desnazificación hasta sanear la sociedad y cerrar las heridas producidas por el espanto del nazismo. Desconocer la historia nos llevará al desastre de repetirla. No reparar a las víctimas, no honrarlas debidamente, nos conducirá a tener una sociedad empobrecida y debilitada porque ellos/as, nos han empedrado el camino con su sufrimiento para gozar de salud social y democracia de alto grado de intensidad a condición de conocer su historia, de honrar su sufrimiento. Necesitamos que se tome en cuenta la Memoria Reparativa porque el sufrimiento, las vidas de tanta gente no puede ser olvidada, cuanto menos, merecen permanecer en la historia de nuestro país y ser tenidas en cuenta. Por ellos/as las que sufrieron, para que no sufran también el olvido. Y sobre todo por el futuro al que debemos la tarea de cerrar las heridas de la historia. María Toca Cañedo©. Escritora, articulista y coordinadora de https://www.lapajareramagazine.com Con  los aportes  de Fernando Fernández Pita y Carolina Hernaiz. https://www.lapajareramagazine.com/historia-de-un-genocidio-patronato-de-proteccion-a-la-mujer https://www.lapajareramagazine.com/caso-scala-jaque-mate-al-anarquismo-espanol https://www.lapajareramagazine.com/historia-de-la-transicion-ni-pacifica-ni-democratica https://www.lapajareramagazine.com/cronica-de-los-fusilamientos-del-75-entrevista-a-manuel-blanco-chivite https://www.lapajareramagazine.com/historia-de-la-represion-en-cantabria-parte-segunda Fuente → lapajareramagazine.com La Voz de la República - Todas las Noticias RSS El Primer DNI Republicano