Maroc - AVOZDELAREPUBLICA.ES - A La Une - 11/Oct 05:08

El franquismo del «Así quiero ser» de adoctrinado

El franquismo del «Así quiero ser» de adoctrinado El fascismo necesitaba adoctrinar a las nuevas generaciones tras dar el Golpe de Estado y ganar la guerra, y así nació este manual. "Así quiero ser" presenta una infancia moldeada para la obediencia. Bajo el disfraz de un manual escolar, se esconde un programa de adoctrinamiento que sustituye la curiosidad por la fe y el pensamiento por la sumisión. El libro no educa, instruye en el silencio; no enseña a comprender, sino a aceptar. Cada lección reduce la vida a una consigna: creer, obedecer, servir. En sus páginas, la figura del niño ideal no crece ni se emancipa, sino que se inclina ante la autoridad, el dogma y la nación, aprendiendo desde temprano que la virtud consiste en no pensar demasiado. La aparición de Así quiero ser en 1940 no debe entenderse solo como una herramienta escolar más, sino como parte de la maquinaria de consolidación ideológica que necesitaba el franquismo tras la Guerra Civil. Con el país devastado, con vencidos y vencedores, se requería algo más que represión militar: había que moldear las conciencias de las nuevas generaciones para asegurar continuidad política, social y cultural del régimen. Este manual cumple esa función.Manual de adoctrinamiento católicoAsí quiero ser (El niño del Nuevo Estado) se presentó como un libro de enseñanza cívica para la infancia. Nada más acabar en 1939 el conflicto que iniciaron los fascistas tras su octavo Golpe de Estado para acabar con la democracia y la República, que buscaba la laicidad (o sea: para instaurar el absolutismo monárquico y el adoctrinamiento católico), estos corrieron a publicarlo en Burgos en 1940 bajo la editorial Hijos de Santiago Rodríguez. Su destino eran los colegios bajo el ahora recién llegado régimen franquista. Este manual de sumisión y sometimiento está estructurado en 81 breves temas que abordan de modo claro y sencillo los valores ideológicos del nuevo régimen. Cada tema incluye al final un “deber personal”, un ejercicio para que los niños reflexionen o actúen conforme al contenido inculcado. Los contenidos se organizan en secciones tales como La Nación Española, Valores Sociales, Factores de Riqueza, Instituciones Naturales, Organización del Trabajo y La Unidad.El objetivo del libro es formar niños como ciudadanos leales, obedientes, patriotas y religiosos, con una visión de la patria centrada en la unidad, la jerarquía, la autoridad (¿les suenan estos términos por habérselos escuchado a algún partido reciente que los reclame?), y en valores colectivos que subordinen el individuo al Estado. En resumen: una masa aborregada y sumisa que no criticara o cuestionara a sus líderes.Educación como adoctrinamientoEl libro no disimula su propósito: su función formativa va más allá de enseñar geografía, historia o lectura; busca cultivar una identidad nacional homogénea y una obediencia acrítica. El niño que aprende con este manual debe aceptar la figura del Caudillo, la unidad española, la obediencia y la jerarquía — valores que no están sujetos a debate, sino que se presentan como verdades incuestionables. Además, los ejercicios finales (“deber personal”) refuerzan la internalización del mensaje: no basta con leer, hay que actuar conforme a lo aprendido, pensar que uno tiene deberes concretos hacia la patria, el hogar, la religión y el orden social. Los valores en los que adoctrina el nacionalcatolicismo que abanderaba el fascismo español.Ideología nacionalcatólica y autoritarismoAdemás de enseñarles a los niños una mentira sobre la historia de la península ibérica basada en una mitología puramente católica de la época, se insistía en que España debía ser “una, grande y libre” (ironía donde las haya siempre, el fascismo prostituye el término «libertad» – se proclamaba libre pero no dejaba libertad para elegir gobierno, ni libertad para profesar otra religión o ninguna), un lema que resume la visión nacionalcatólica del franquismo, en la que Iglesia y Estado se entrecruzan, la vida pública se rige por un moralismo católico, y la unidad nacional se sobrepone a la diversidad regional, cultural o política. Tras una primera página mintiendo sobre España y su diversidad para así, negándola, adoctrinar a las futuras generaciones en la ideología fascista, lo primero que vemos (por si quedaban dudas de que esto era eso: puro adoctrinamiento religioso católico) es esto: una descripción fascista de qué es la religión católica. Según ellos, para que se vea a qué aludimos con el chiste, «la única verdadera». Además de dicha visión belicista del catolicismo que tanto les encanta a los fascistas (por si también quedaban dudas de que la religión promueve el odio y la guerra), también hay que recalcar la de nuevo negación de la pluralidad ideológica. Para los fascistas, los españoles solo procesaban dicha religión. Otra mentira más, que no es más que una coacción camuflada de lección tras una guerra reciente que todos habían vivido. El autoritarismo aparece también: el manual dice explícitamente que España es un Estado totalitario. Según sus autores, España es un Estado Totalitario por una especie de paternalismo falaz según el cual dejar pensar a cada uno como quiera conlleva al caos social. El propósito del «no se meta usted en política» del franquismo, que no viene a ser más que un «no piense, que ya pensamos nosotros por usted.» El sueño húmedo de todo autócrata.  Y claro. A los ciudadanos no se les consiente pensar, ni opinar… Sólo obedecer sumisamente.  Para el fascismo el Estado se compone de gente sumisa y de un orden y ley…  … que a falta de voces discrepantes y críticas, pues el fascismo les ha acallado o acalla mediante los más de 500 campos de concentración, prisiones habilitadas, batallones de trabajo forzado, colonias penitenciarias y campos móviles. En España, según este manual de adoctrinamiento y sometimiento fascista, por si quedaban dudas de su caracter antidemocrático, quienes tenían el poder lo tenían porque «El poder lo tiene el que puede, no el que quiere.» (Nota: en otro artículo vamos a ver más detalladamente qué era el fascismo y cómo lo obtuvo).   Para los fascistas, en resumen: España tiene “un solo Jefe, un solo mando, una sola obediencia”. Antes del régimen, según el texto, reinaría el caos, la anarquía; en cambio, ahora todo es orden, disciplina, ejemplaridad. ¿Y quién era entonces quien tenía el poder (tras dar el Golpe de Estado y matar a cientos de miles de españoles, incluso trayendo a «moros», italianos y alemanes para que los masacraran)? Pues el Caudillo…  Un Caudillo que «solo responde ante Dios». O sea, ante nadie. El negocio perfecto: la máxima autoridad ante la que tiene que someterse un dictador es un personaje de fantasía propagado por la secta a la que dicho dictador favorece. Control del cuerpo, del espírituNo solo lo espiritual o moral, sino lo físico también: el manual promueve la disciplina corporal, el deporte entendido no como recreación pacífica, sino como preparación física para la vida, casi militar (los fascistas, violentos ellos, mojan con el belicismo, la guerra y la dominación). Se busca que los niños sean robustos, obedientes y fuertes. Sobre todo obedientes.Contribución a la legitimación del régimen y sus institucionesEste tipo de manuales sirve para naturalizar el régimen: para hacer parecer que éste es la continuación lógica de la historia, que sus instituciones y jerarquías son parte natural de la sociedad española, incluso de su identidad colectiva. De esta forma, se justifican la concentración de poder, el liderazgo único, el nacionalismo, la censura, la subordinación de las libertades individuales… todo ello bajo lo que se presenta como consenso moral-cívico-religioso.Aprobado por el censuradorLos tontos útiles actuales de las élites aristocráticas capitalistas se quejan hipócritamente de que les «censuran» porque obtienen réplica en vez del silencio por sus afirmaciones, pero la verdadera censura fue la que se instauró cuando el régimen fascista se hizo con el poder. Un ejemplo se puede ver en este manual de aborregamiento. Captura del libro, mencionando bajo qué fue revisado antes de publicarse incluso este manual.El hecho de que Así quiero ser fuera aprobado por el censor no es un detalle menor, sino una prueba de su función dentro del aparato ideológico del régimen. Su publicación con el visto bueno oficial certifica que cumplía a la perfección los objetivos del Estado: moldear conciencias dóciles, reproducir la jerarquía moral impuesta y eliminar cualquier atisbo de pensamiento crítico.La censura no solo vigilaba lo que se decía, sino también cómo se pensaba. Cada frase del libro está cuidadosamente construida para no suscitar duda ni debate. Todo está en orden: Dios en su cielo, el Caudillo en la tierra, el padre en el hogar, el maestro en la escuela. La aprobación del censor convierte al manual en una herramienta “segura”, libre de peligro intelectual, apta para educar generaciones enteras en la obediencia. Lo que se aprueba no es solo un texto, sino un modelo de ciudadano: sumiso, creyente y agradecido.¿Más sobre este manual de adoctrinamiento infantil?Este manual católico franquista desde luego tiene mucho contenido que desde una perspectiva crítica y democrática, incluso desde la psicológica, merecería tener un artículo propio. Pero como no me quiero alargar, solo mostraré frases de dicho manual para que se vea el grado de depravación al que le sometieron a millones de niños durante décadas. Lo cual explica también cómo perduró tanto dicha dictadura fascista e incluso, por tal lavado cerebral, porqué a día de hoy todavía queda tanto poso en generaciones posteriores. «España es un Estado totalitario: un solo Jefe, un solo mando, una sola obediencia. Antes España era un caos, una anarquía. Hoy es un Estado ordenado, disciplinado y ejemplar».«El deporte como ejercicio físico y no como espectacularidad, debe ser practicado por todos los españoles. Y ha de ser un deporte que no se limite a desarrollar determinados músculos o miembros, sino la totalidad del organismo. Pues el deporte no ha de servir para hacer acróbatas, sino para acrecentar, tonificar el cuerpo y mejorar la raza».«Me gusta prepararme para la vida militar, ejercitándome en los movimientos físicos y en el espíritu disciplinado y sereno de los soldados […] El deporte es el complemento de la milicia, pero la milicia es mucho más que el deporte».«El individuo solo lo es plenamente cuando quiere lo que quiere la comunidad representada por el estado. Esto quiere decir que mi voluntad y mis actos deben enderezarse al bien común, pues solamente de ese modo serán útiles para mí y para los demás (…). El liberalismo encomienda todo al azar de los hombres y no cree en la providencia. La acción rectora del Estado imposibilita que los ciudadanos queden abandonados al juego de sus intereses particulares. Del desorden no nace el orden (…). El Estado ejerce su acción paternal sobre todos los ciudadanos para que se sientan lo más felices posible (…). Estado es la nación jerarquizada para el cumplimiento del derecho (…). La disciplina requiere que los jefes manden bien y que los subordinados obedezcan sin vacilación (…). Una nación será lo que sean sus escuelas primarias (…). Antes se hablaba mucho de derechos. Ahora debemos hablar de servicios».«Los españoles tenemos la obligación de acostumbrarnos a la santa obediencia. Nada de murmuraciones, de reservas, de discusiones. ¿Nos manda quien sabe y quien puede? ¡A cumplir fielmente lo mandado! Esta debe ser nuestra consigna. ¿Y quien juzga al que tiene el máximo poder? Dios y la Historia. A Uno y otra dará cuenta. Lo demás no es de nuestra incumbencia».«El Caudillo manda, organiza, resuelve, y todos los españoles obedecen».  Si quieren ver más, pueden ojear el propio manual. Este contenido es sólo para miembros registrados. Por favor login. El manual destroza, sin pretenderlo, toda la retórica actual de blanqueamiento del franquismo. Muestra un relato fanático, autoritario y en el que se muestra la imagen que tenían los fascistas de una España distorsionada hasta el absurdo. El manual se carga la Historia de España, tanto con falacias y mitos simplones como con una negación de su multiculturalidad (eso que ciertos políticos actuales llaman «estercolero» porque en su simplismo intelectual y corto de miras enriquecerse a través de la variedad les provoca alergia) e incluso la idiosincrasia cultural de cada región. Presenta su odio sin rubor alguno, pues en su contexto no se tuvo en cuenta que un siglo después alguien podría cuestionarlo desde fuera de dicho régimen. Describe al régimen como un Estado Totalitario y a sus líderes como autócratas. Nos enseña cómo el catolicismo fue el vehículo para adoctrinar por ser el único con el que se identificaba el propio fascismo. Y nos muestra, y esto es lo más grave de todo, cómo a los niños se les enseñaba a no pensar por sí mismos. A no tener ideas ni opiniones en general por el peligro a que estas difirieran de los postulados ideológicos del gobierno fascista. La primera metáfora de Génesis malmetiendo contra el «árbol del conocimiento del bien y del mal». Porque el conocimiento, el pensamiento crítico, es el mayor enemigo de la  religión y con ello, de los líderes religiosos y su statu quo de privilegiados, que intentan conservar sin importar cómo. Sobre todo con el odio hacia el diferente o el desconocido. Ya sea incluso enfrentando a la gente con sus vecinos. Porque para estos clasistas adinerados y sus tontos útiles, sus perros guardianes, apasionados del belicismo y la mitificación histórica romana, la estrategia del «divide y vencerás» siempre les ha resultado provechosa con las clases obreras, medias y bajas. Fuente → ateoyagnostico.com La Voz de la República - Todas las Noticias RSS El Primer DNI Republicano