Maroc - PINKALAVERA.COM - A la Une - 01/Oct 17:09

Viaje a Nunca Hamás

Hola, bearlivers Es bien sabido que los grandes escritores de la historia siempre tuvieron vidas interesantes: Hemingway estuvo en la guerra Borges descubrió los efectos de esnifar nuez moscada para escribir sus obras Pero es normal que escriba tan bien con la vida llena de aventuras que llevo. Aunque a veces me toca relajarme, bajar, tocar pasto, hacer comunidad...   Hubo una época en la que estuve haciendo "Viernes de siluetas" con mi madre. Formaba parte de mi programa para perder peso. La idea es que me hicieron una silueta hace mucho y debo colocarme encima y la recortan. Si mi silueta no coincide me cortan con una motosierra las partes que sobresalgan y se hace otra silueta para la siguiente semana. Tuve un problema una vez cuando se me olvidó que tocaba y me puse a ver cosas en youtube. Mi madre entró en mi cueva con su mamatraca pensando que me había quedado dormido -Rápido hay que comprobar tu silueta. Se me paró el corazón. Acababa de ver Happy Tree Friends para masturbarme y no había terminado. Mis huevos y mi rabo habían crecido mucho con respecto a la silueta. Me coloqué temblando frente a la silueta. Malamente pude conservar mis partes intentando contraerlas a pesar de la hinchazón. Sólo mis nervios de acero y mis huevos de plomo me permitieron salir de esa sólo con los huevos levemente irritados. Y una circuncisión increíblemente sangrienta. Al separarme, suspiré aliviado. Pero una silueta salió de mi silueta. Lo que parecía la sombra solidificada de un señor mayor calvo con una prominente nariz flotando en el aire. -Te he estado buscando entre las sombras. Me temo que tu destino no está aquí. - y me colocó mi escroto entre mis manos y me cerró las manos. Entonces agarró mis brazos y tiró de mí. En un momento recorríamos el cielo a una velocidad absurda. Perdí la consciencia en mitad del vuelo. Cuando desperté, la sombra estaba a mi lado, de pie. - Bienvenido al País de Nunca Jamás. Estaba en la enorme azotea de alguna clase de hotel. El dorado se reflejaba en gran parte del edificio. Me asomé y vi una escena dantesca… Los restos de una explosión dejaban ver el maltrecho alcantarillado. El resto de la calle estaba llena de niños mutilados, mujeres siendo secuestradas, hombres torturados. Un día más en Gaza. Cuando me giré hacia la sombra, había desaparecido. Entonces miré en todas direcciones y noté a alguien más en la azotea. Un señor canoso tomando el sol en bata y gafas oscuras con un cubata y una escopeta a su lado en una mesita me llamó la atención. Pero antes de poder acercarme sonó una explosión. Una extremidad voló por encima de mi cabeza, manchándome de sangre. El hombre se levantó y le reconocí. Frente a mí apareció nada menos que Benjamin Netanyahu. Se acercó con solemnidad y me dijo en yidis: —¡Oh! Dios Oso…איך בין אַ גרויסער פֿאַן פֿון דײַן ווערק (—¡Oh! Dios Oso…soy un gran fan de tu obra). Yo estaba confuso, y apenas entendía nada. —און איך האָב אָסאָמאַן tätowiert אויפֿן רעכטן הינטן (Y tengo a Osoman tatuado en la nalga derecha), que está más cerca de mi corazón. Supongo que prefieres hablar en Úrsido. No te preocupes por la escopeta, estaba cazando pichones. Yo no supe si llorar, reír o corregir su evidente falta de conocimientos médicos. Solo entendí que, en aquel instante, debía huir. Intenté mirar la hora en el reloj que asomaba de su bata. Fracasé. Se me acaban las ideas. -Mis oráculos habían predicho tu llegada pero estaban recelosos contigo. Yo no tenía dudas de que eras tú. Muchos decían que el Mesías era el culo de Messi. Pero tras leer el especial de verano de Osoman, no tengo dudas. Ese talento literario y esa prosa punzante sólo pueden estar guiadas por Yahvé, nuestro Dios. -Sería un buen nombre para una empresa de cerrajeros. -En Israel no hay cerrajeros. Podemos abrir todas las puertas.-Y sonó otra explosión. - Mejor una óptica. -¿Qué quieres de mí? - Necesito que acabes con la guerra que iniciaste. -¿Cómo osas acusarme de eso? -Es tu culpa. Un ilustrado úrsido como tú ya sabe que toda acción tiene su reacción. Es la tercera ley de Olivia Newton-John. Y la reacción a tu arte es esta. - Mi arte es filosófico y nunca invitaría a la violencia. -Pero tu silencio mediático sobre ciertos temas causa conflictos. - Se giró y contempló el campo de batalla mientras contaba su historia. - Todo comenzó en la oso-con anual de Gaza.-Casualmente se quitó las gafas de sol- El ambiente estaba cargado porque al buscar que era un oso en internet a muchos les había salido algo que no les gustaba. Todos acudieron armados por ofensa o por defensa. Al principio, parecía que todo iba bien.- Empezó a desabrocharse el reloj.- El amor por Osoman nos mantenía unidos temporalmente... pero 2 personas empezaron a discutir. Lo recuerdo, pues yo era una de ellas.-Se quitó el reloj y lo dejó extendido en la mesilla- Un maldito mono inculto gazatí se atrevió a insinuar que Cabraman vencería a Osoman en un combate a muerte. Dijo tonterías de Kabrate y que Cabraman está en mejor forma. Evidentemente, no puede ser así. Osoman está guiado por Dios y jamás perdería. El idiota decía que el era el auténtico experto y aseguraba que todas las noches les leía a sus hijos tanto Osoman como Cabraman a sus hijos. El resultado de la discusión es natural. No podía permitir que gente así siguiera malgastando valioso oxígeno. Todos estaban contaminados por una ideología impura que les hacía ver a Cabraman como un rival digno de Osoman. Entonces se quitó la bata, quedando totalmente desnudo. - Igual que todos mis predecesores, tuve que permitir que los sabios de la cábala me tatuaran para demostrar mi lealtad a la causa. Tuve una visión en la que vi el futuro. Yo, volando por los aires con mis enemigos muertos debajo de mí convertido en un símbolo de cambio en Israel -se dió la vuelta y señaló a su nalga derecha. Una imagen muy detallada de osoman, con su habitual capa cambiada por una de Israel, sonreía mientras practicaba sexo nasal con Gal Gadot. Ni con una polla revisando sus recuerdos de infancia es capaz de mostrar ninguna emoción. - No sé muy bien a dónde vas con esto... pero creo que me voy. -No puedo permitir que te vayas. Tienes que darle la razón a Israel en este conflicto. Tenemos muchas hermosas paquidermas que ofrecerte. Tu guía de sexo nasal es el libro más leído entre las mujeres de Tel Aviv y los sabios estarían dispuestos a incluirlo en el viejo testamento si nos ayudas. Has de sentar cátedra sobre Osoman. Es la obra que más mentes ha influido en el último lustro.. -Osoman es una obra que se lee con el corazón, no con la mente. Y Osoman no mataría niños. Al menos no de forma tan poco cómica. Ni siquiera los vestís de payaso. No eres una persona con sentido del humor y Osoman no es para tí. En tu boca mis palabras son falacias. El primer ministro israeli cambió su expresión y fue a por la escopeta. Me lancé hacia él y le atravesé el pecho de un zarpazo emitiendo un sonido hueco. En shock todavía, me eché a un lado para procesar este trauma. Estaba encerrado en un país extranjero, había matado al presidente y no podía volver a casa. Me esperaban años en el zoo rodeado de monos lanzándose heces. Pero no ganaba para descansos. Una luz empezó a iluminar el cuerpo del hombre mayor. Las venas se iluminaban bajo su piel mientras las heridas se curaban. Tras curarse la iluminación continuó, los músculos del presidente empezaron a crecer descontroladamente y a recubrirse de una sustancia metálica rugosa. Finalmente, el Ministro abrió los ojos y se levantó. Con horror miré hacia arriba viendo cómo volvían a tener vida. -¿Por qué no te mueres? -Nanomáquinas, osón. Sin más ideas intenté golpearle pero sus nanobots hacían que mis garras no pudieran causarle heridas. Era más rápido y fuerte, y tenía mucha más experiencia en lidiar con un rabo circuncidado. Empezó a golpearme mientras me zumbaban los oídos. Me cogió en brazos y me lanzó contra la mesa, destrozándola. Aturdido, agarré la escopeta y le disparé en el pecho, pero apenas le empujó sin siquiera arañar su piel. Desesperado, busqué otra arma. Por desgracia solo tenía a mano mi ensangrentado escroto recién circuncidado. Necesitaba mantener la distancia para sobrevivir. Recordé mi época de Intheano Cojones y con mi zarpa recorté el trozo de piel para poder tener un látigo. Por suerte había suficiente materia prima. Netanyahu, queriendo presumir, intentó recibirlos, creyendo que mi arma era ridícula. Para su horror, ya en los primeros golpes se notaba que estaba recibiendo mucho más daño del que esperaba. La armadura tenía grietas crecientes donde había golpeado el látigo y heridas que sangraban profusamente -¿Cómo lo haces? - Yo también tengo nanomáquinas -¡Imposible! -Se tocó un lado de la cara y observó sus dedos con horros- mientras la armadura se caía.- Estas costras blancas entre la sangre. Esto es… Esto es… -¡¡¡ESMEGMA!!! Y comencé el asalto final. Le di latigazos sin parar mientras él intentaba taparse malamente con los brazos. Su armadura se deshacía y caía como arena al suelo. Pronto toda la armadura yacía hecha polvo en el suelo y un señor anciano estaba desnudo, sangrando y llorando patéticamente. -Benjamin, lo que me pides es imposible. No puedo alterar la historia de Osoman. Siento informarte de que ese Gazatí tenía razón. Esto que has hecho no se puede tolerar. Hay que llevarte a juicio por lo que has hecho. -Imposible,yo lo ví, con mis ojos ¡Yo lo ví! aquí es donde me elevo, aquí es donde…- Su gesto cambió repentinamente. Una expresión vacía y unos ojos vidriosos me miraban desolados. Sin decir otra palabra salió corriendo y saltó por la azotea extendiendo los brazos. Por desgracia una bomba había dejado el sistema de alcantarillado expuesto así que una piscina sospechosa amortiguaron su caída para que pudiera agonizar un rato más gritando mientras intentaba flotar entre heces y sangre. Casi me da un infarto cuando me tocaron el hombro. Al girarme la sombra estaba ahí -Gracias, ¡Oh!Dios Oso has salvado muchas vidas hoy. Te enviaré a casa y podrás volver con tu madre. Le eché 3 orfidales en la ginebra así que ni se va a enterar de que te has ido. Espero que esté bien - Tranquilo no es mucho. Es 3 menos de lo que le he echado yo ¿Me llevas a casa? - Claro, pero antes… -Bajó volando y trajo lo que ya era el cadáver.- Si quieres elegir alguno de sus agujeros ahora…- dijo mientras se desabrochaba una oscura cremallera. -No hace falta, quiero ir al veterinario rápido antes de que haya necrosis. De un toque, aparecí en frente de una clínica veterinaria. Por suerte, los veterinarios pudieron reconstruir mi escroto, pero desde entonces me llaman el pirulo tropical.