Maroc - EXCELSIOR.COM.MX - A La Une - 07/Jan 08:11

Edadismo

El domingo me sugirieron ver La sustancia, película catalogada como de terror corporal, coprotagonizada por la actriz de los años noventa, Demi Moore. Al tiempo que la veía, sin yo saberlo, ella estaba recibiendo el primer premio de su vida como actriz en los Golden Globes 2025, en la categoría de mejor interpretación femenina, por su actuación en dicha película. Su discurso de aceptación corona el mensaje de la película. La mayoría ha destacado la parte en la que contó cómo la afectó la subestimación de un productor que la sentenció, cuando era joven, a no destacar nunca como actriz; yo quisiera detenerme en el hecho de que se había dado por vencida debido a su edad: “Hace algunos años pensé que quizá ya había hecho todo lo que se suponía que debía hacer y ése fue de los peores momentos de mi vida. (…) Ahora el universo me está diciendo que no he terminado”. Sus palabras me recordaron el edadismo. Este término fue acuñado en 1969 por el gerontólogo estadunidense Robert Butler, para designar los estereotipos y prejuicios relacionados con la edad. El más reciente estudio con el que contamos al respecto es el Informe sobre edadismo de la Organización Mundial de la Salud, publicado en 2021, en el que se reporta que, “a nivel mundial, una de cada dos personas es edadista contra las personas mayores”, medio mundo, en otras palabras. Los efectos que tienen los prejuicios sobre la vejez en las personas mayores incluyen que su esperanza de vida se acorte en 7.5 años, por no ofrecérseles las mismas oportunidades que a los más jóvenes; el aislamiento, porque la falsa creencia de que la soledad es inherente a la ancianidad ha llevado a que ellos mismos la materialicen (lo cual se conoce como profecía autocumplida); y su exclusión laboral. Esto último incluso ha detonado esfuerzos recientes de concientización, promocionando campañas en favor de la inclusión laboral de las personas mayores de 55 años, que nos recuerdan que, por ejemplo, Don Quijote de la Mancha se publicó cuando Miguel de Cervantes había cumplido 58 años, misma edad a la que Giuseppe Verdi creó la obra de Aida y, más aún, que compuso Réquiem con 61 años, mientras que Gandhi vio a la India independizarse cuando contaba 78 años. Demi Moore tiene 62 años y, gracias a una película, cuyo lema es: “todo acaba a los 50”, acaba de descubrir que aún no ha terminado. El libreto plantea de manera original (ganador del Mejor Guion en el Festival de Cannes) un problema muy actual: se tiene miedo a envejecer, por no saber cómo hacerlo. La consecuencia es que se recurre a la tecnología que se puede para tratar de luchar contra la inevitabilidad, pero el resultado, como ilustra metafóricamente la cinta, es una metamorfosis monstruosa, al estilo de Gregorio Samsa. Esto porque, aunque algunas veces se llegue a conseguir una imagen externa artificialmente estética, ineluctablemente comienza una lucha a muerte interna entre la juventud y la vejez. La tragedia estriba en que se niegan los valores de la madurez, pero los valores juveniles ya no pueden triunfar. El resultado es la disolución total de la persona.   FILOSORRINCO La siguiente reflexión se puede encontrar en el libro El resentimiento en la moral, del axiólogo alemán Max Scheler, publicado en 1927: “Para que el proceso de vejez se realice de un modo interiormente satisfactorio y exteriormente fecundo, es preciso que la libre resignación a los valores específicos de las anteriores edades tenga lugar oportunamente y que los valores específicos de la edad entrante ofrezcan un sustitutivo suficiente de lo que desaparece”. Esto es saber envejecer.     Columnista: Silvano EspíndolaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0