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Noche de amor III… Usted elige:

                …no ordenar la vida a un fin                es señal de gran necedad.                 Aristóteles Pocos sentimientos y pensamientos reconfortan más que la hermosa capacidad que tenemos de poder preguntarnos si algo se queda o se va de nuestra vida… ésta es una pregunta obligada que nos hacemos poco, teniendo el poder absoluto de elegir aquello que mejor nos conviene. ¿Qué nos lo impide? Posiblemente el miedo, que más bien suelen ser creencias limitantes que tenemos sobre nosotros mismos, sobre la historia que nos hemos contado mal o sobre la interpretación equivocada que hemos hecho sobre la realidad, sobre el pasado, el presente o, peor aún, sobre el futuro. Lo cierto es que ese poder está ahí y es sólo nuestro. Algunos lo descubren tarde, yo lo sentí siempre, y los años no han hecho más que verificar mi postura a favor de la libertad. De la libertad de pensamiento, de acción, de emoción, de sentimiento, de ser, de estar, de pertenecer o de no hacerlo. Y esto que pudiese llamarse subversión no es más que la decisión de ejercer ese poder de elegir, de elegirnos a nosotros mismos sin miedo. En este cierre de año quisiera invitarle a eso, a que se decante por su poder de elegir, qué se queda y qué se va. Y hágalo desde un punto de vista positivo; sí, que su análisis se enfoque en lo bueno, hacia aquello que le da paz, que le motiva, le produce satisfacción y realización personal, por esas partes de su vida, su historia y sus vivencias que merece su existencia, las que suman a su vida y a la vida de los demás. No hablo de un positivo exultante que resulte falaz, sino de una elección consciente, de un positivismo gravitacional desde el que se eduque, se exija y elija interpretar la realidad, ese positivismo que sea capaz de ver con claridad su realidad, lo que potencialmente sea bueno para usted o bien, conozca los ajustes necesarios para que lo sea, los cambios que requiere gestionar, las pertinencias y prioridades que merecen su atención, y la voluntad férrea con la que elegirá mantenerse en sus cometidos. Se lo digo porque la vida se pasa pronto y no admite tantos ensayos ni titubeos, ni tibiezas ni merece tampoco tantos debates ni consejos ni opiniones… la vida necesita acciones contundentes, la vida necesita que la elija,  la trabaje, la conquiste y la posea absolutamente porque es nuestra y de nadie más. Hay que formarnos en la disciplina de la elección sobre lo que le hace bien a nuestra vida, aunque en ella debamos editar alguna de sus partes, porque ése también es nuestro derecho. Su vida debe de ser amada, comprendida, entendida y aceptada sólo por usted. Por ahí empieza todo lo demás, créame, no podemos valorar una realidad desde su mejor cara si no alcanzamos a mirarnos a nosotros mismos y nuestra propia existencia desde ese lugar. Si no somos capaces de evaluar objetivamente y a favor nuestro las experiencias vividas de la índole que hayan sido, si no podemos sentir la valentía y el esfuerzo que implica seguir adelante, si no hemos sabido valorar el amor que recibimos o el que damos, si no hemos comprendido la importancia del tiempo y su inversión; si no hemos adquirido irrenunciablemente el respeto y el cuidado de nuestra dignidad o si no honramos con firmeza la disciplina que requiere nuestra salud, nuestros sueños, nuestros objetivos y, en general, nuestra vida. A la realidad nos acercamos desde lo afectivo, nuestras emociones influyen en el ordenamiento de nuestra manera de pensar, la realidad sólo es y está, es uno quien elige darle un valor, un referente, una interpretación y un significado, elija el que le construya y le permita evolucionar. Cuide sus emociones, su mente, sus ilusiones y practique el arte de la paciencia, la tenacidad, la visión a largo plazo, la inteligencia, la empatía y la compasión y, de todo eso, comprométase también con el agradecimiento por lo que tiene, quiere y puede hacer por su vida y la de quienes le rodean. La felicidad se resume en esa interpretación positiva que decide hacer de usted y de su vida, por eso la felicidad y cualquier otro elemento importante se elige a partir de esa determinación: del saber elegir con qué se queda y qué se va. Escriba su propio guion, sólo usted puede interpretarse y, quien se interpreta, se transforma… recuerde que su vida es una única función. Como siempre, usted elige. ¡Felices noches, felices vidas! Columnista: Paola Domínguez BoullosaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0