Maroc - ABC.ES - Cultura & Ocio - 07/Mar 18:44

Música como Dios manda

Una de las primeras iniciativas que impulsó el director del Museo de la Música de Barcelona, Jordi Alomar , al estrenarse en el cargo hace apenas cuatro años fue la creación de un ciclo que pusiera de relieve el diálogo intercultural que es la música y lo llevase a las calles de la capital catalana, más allá de las paredes del equipamiento. La idea se bautizó como ' Trànsits ' (tránsitos) y se hizo en colaboración con la Oficina de Asuntos Religiosos del ayuntamiento de la ciudad. El resultado es una serie de conciertos que en cuatro ediciones se ha consolidado como un referente de la interculturalidad, a través de las religiones : una iniciativa más que encomiable para estos tiempos convulsos en los que se tiende más a crear barricadas que a construir puentes. La presente edición se ha inaugurado en una iglesia católica, para darnos la oportunidad de escuchar la Misa Ave Maris Stella de Cristóbal de Morales —canela fina, y lo olvidada que la tenemos— en su contexto natural: una misa completa, con sus lecturas, sus oraciones, su sermón y su comunión. Aquí el Museo y su director nos abocan a otra reflexión: nos hemos acostumbrado a escuchar misas en los auditorios, y las iglesias se han acostumbrado a dejar de lado esta parte de su patrimonio. Acaso este diálogo debería ser más frecuente, visto que la que basílica del Pi estaba llena a rebosar un dia entre semana a las nueve de la noche. Ofició la liturgia Santiago Bueno , decano de la Catedral de Barcelona, quien en su prédica reflexionó sobre la esencia del ser humano como criatura al mismo tiempo creada y creativa. Morales, al fin y al cabo, era un dios creador mientras desparramaba esas notas por sus papeles. También recordaba Bueno que la música en la liturgia no tiene solamente una función embellecedora, sino que tiene el cometido de acercarnos al misterio de lo Divino . Así, invitó a los feligreses a cerrar los ojos y dejarse llevar. Ahí entró en juego el otro protagonista de la ceremonia, el Ensemble Cristóbal de Morales, fundado en Barcelona por Pere Lluís Biosca en estrecha colaboración con el organista Juan de la Rubia . Por si con ellos dos faltase talento, los cantantes que conforman el grupo son de un nivel envidiable: todos ellos han trabajado con algunos de los mejores maestros, como Ton Koopman y Jordi Savall, y llevan a cabo interesantes carreras como solistas o en formaciones especializadas en música antigua. El resultado, ciertamente, obliga a cerrar los ojos y dejarse llevar. La misa Ave Maris Stella, interpretada en el marco de la liturgia, revela esa sabiduría del compositor, capaz de transmitir a cada paso el matiz que los fieles necesitan en su introspección. Nada que ver con la escucha aislada, de cabo a rabo, a la que nos tienen acostumbrados las grabaciones en disco. Aquí la obra de Morales cobra una dimensión completamente distinta , y la polifonía es un bálsamo en la aridez propia de algunos pasajes de la ceremonia. La misa de Morales estuvo acompañada por otras composiciones de Palestrina y Desprez , que permitieron comprobar el nivel estratosférico que alcanzó la música del sevillano. Las voces el coro y el acompañamiento del órgano demuestran absoluta solvencia en la interpretación de este repertorio. Equilibrio, elegancia, delicadez y emoción son las insignias de este grupo fundado en 2023 con el cometido de dar vida a las partituras de Morales que se conservan en el Museo de Lleida . El trabajo de Biosca es encomiable. Su larga trayectoria lo avala, pero en el Ensemble Cristóbal de Morales y en este proyecto en concreto parece haber hallado algo con lo que ir todavía más allá. Ya han sacado el primer disco, precisamente con esta Misa Ave Maris Stella, y prometen dar muchas alegrías en los años venideros. Habrá que estar atentos. Morales bien vale una misa. Bastantes misas, de hecho.