Maroc - LA NUEVA ESPANA - Deportes Opinión - 28/Oct 03:00

Coches, Miami y dioses

1. El clásico coche mal aparcado. El gran Billy Wilder dijo que si el cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha aparcado mal el coche, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces ha alcanzado su objetivo. Interesante, pero falsísimo. El cine no es el opio del pueblo, y "Con faldas y a lo loco" o "El apartamento" son obras de arte que van mucho más allá de su indiscutible capacidad para hacer que nos olvidemos de que hemos aparcado mal el coche. Un partido Real Madrid-Barça no está a la altura de "El apartamento", por supuesto, pero tampoco es un simple divertimento que permite que los aficionados nos olvidemos por dos segundos de la inoportuna derrama en la comunidad de vecinos o el persistente derramamiento de sangre en Ucrania. El fútbol no aturde los sentidos ni el entendimiento. No es nuestro Leto, ese río del Hades que al beber de sus aguas provocaba la pérdida de los recuerdos. El fútbol es la excusa que tenemos los filósofos de barra de bar, de grada o de sofá para reflexionar sobre el fuera de juego considerado como una de las bellas artes capaz de desconectar a Mbappé; la ocasión que tenemos los poetas del balón de encontrar en el toque de Raphinha en el cuarto gol del Barça esos mundos sutiles, ingrávidos y gentiles de los que hablaba Machado; la oportunidad que nos ofrece la vida de gritar o callar (según el lado del que veamos el golazo de Yamine Lamal) por algo más que el clásico coche mal aparcado.