Maroc - LA NUEVA ESPANA - Oviedo - 16/Sep 02:01

Olimpo circense

Con veinte minutos de retraso debido a problemas técnicos comenzó la primera de las funciones teatrales de San Mateo, con un montaje que triunfó en Mérida el año pasado y lleva de gira desde entonces. La entrega de los intérpretes hizo olvidar pronto el retraso inicial y la compañía extremeña inundó de magia y optimismo el patio de butacas. Concha Rodríguez compone una alegoría cuyo epicentro es el agón entre la musa de la comedia Talía y su antagonista la musa de la tragedia Melpómene. Talía representa una forma de entender el mundo desde el humor y el optimismo, con una visión esperanzada de la humanidad, encarnada aquí por una genial Emma Ozores, que hace gala de ese humor tan peculiar y la inconfundible forma de hablar heredada de su padre, y que fue quien llevó la voz cantante en toda la primera mitad del espectáculo, cautivando al público con sus chascarrillos, ternura y gran vis cómica. El contrapunto se lo da Concha Rodríguez, que convierte a Melpómene en una bruja mala de voz aguardentosa. Ambas se disputan el favor de Zeus, encarnado con maestría por Juan Meseguer, que aquí se nos presenta un poco gagá desde que abandonó a la diosa de la memoria. Con un fuerte componente didáctico, y muchos guiños a la actualidad, se nos presenta el mito del diluvio universal con Deaculión y Pirra como creadores de la nueva humanidad y el de Pandora, que en esta versión es la encarnación de la esperanza, perdiendo el carácter misógino del original, pues es Epimeteo quien libera todos los males al abrir la caja. Una revisión de los mitos clásicos con mucha magia y fantasía, con las incursiones acrobáticas de una Atenea equilibrista fabulosa y el cautivador número de los aros de la atractiva Pandora. La segunda parte está dominada por un Sandro Cordero en plenitud de facultades, que con su habitual carisma y energía encarna a un Prometeo guasón, que se enfrenta a Zeus para ayudar a los humanos, por lo que será castigado a destrozar el hígado cada noche con una caja de cervezas el Águila. Rubén Torres da vida a un Epimeteo torpe y bobalicón muy gracioso. Un reparto de once intérpretes, apoyados desde la iluminación, el videomapping y los números circenses cautivan al espectador con esta comedia de buenas intenciones. Buen comienzo para este San Mateo.