Maroc - AVOZDELAREPUBLICA.ES - A La Une - 13/Dec 09:00

A 50 años de la muerte de Franco

A 50 años de la muerte de Franco Reparto imperialista de Oriente Próximo A falta de una verdadera ley de víctimas, de derechos jurídicos de las víctimas del franquismo y de la memoria democrática y laica, el Gobierno ha anunciado un plan para conmemorar “50 años de democracia tras la muerte de Franco”. Anuncia en el acto oficial del “Día de recuerdo y homenaje a todas las víctimas del Golpe militar, la Guerra y la Dictadura”, que durante el año 2025 el gobierno convocará actos de tipo diverso para conmemorar los “50 años de democracia…, de una de las democracias más plenas del mundo”. Confunde interesadamente la muerte de Franco y la consiguiente crisis política e institucional con la etapa constitucional, a la que “llaman democracia, pero no lo es”. Después de la muerte del dictador, miles de detenidos y apaleados seguían llegando a las comisarías y los cuartelillos, y los disparos “al aire” de las fuerzas represivas causaron en la Transición cerca de mil muertos. Sánchez habla de convocar más de un centenar de eventos bajo el lema “España en libertad”, estableciendo un comisionado especial y un comité compuesto por expertos, lo que parece todo un lavado “democrático” del franquismo. Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha sido la dirigente del PP en mostrar su oposición a dicho anuncio, considerando que “Sánchez ha enloquecido”, afirmando que “como su gobierno está en las últimas horas, ha decidido quemar las calles y provocar violencia con grupos muy minoritarios, que salen cuando él lo pasa mal”. A 50 años de la muerte del dictador, sus herederos se apoyan en una casta partitocrática corrupta, alejada de los intereses de la mayoría social, pero que se reparte privilegios y busca desorientar a la opinión pública con todo tipo de querellas entre ellos, tanto en los medios de comunicación cómo en los juzgados. Pero los principales partidos no pueden negar que comparten y defienden las mismas leyes e instituciones, que ejecutan unos y otros las mismas políticas que les vienen impuestas en común por la Unión Europea y la OTAN.  La cuestión de la Memoria Histórica y Democrática, que se condensa en la impunidad de los crímenes del franquismo, une a los partidos del régimen en lo fundamental; pero les separa el mismo aprovechamiento partidista de la ley. Ante el anuncio de Sánchez, Ayuso, en nombre del sector más ultra del PP, ha manifestado: “La Comunidad de Madrid garante de la Transición, la libertad y la Constitución, no se sumará a uno solo de estos eventos e iniciativas promovidas por Sánchez. Madrid, con la democracia y contra el guerracivilismo”. Sánchez, por su parte, no oculta que su propósito declarado es “la unión de todos en una memoria democrática que sea objetiva y común”. Las pretensiones de unidad nacional de unos y otros se adorna con el relato partidista. El PP acusa al PSOE de que la ley de Memoria “debería haber nacido del consenso, pero está concebida para edificar un proyecto político tomando como base de un relato sesgado del pasado y esto nos polariza y divide”. La cuestión de fondo es la “unidad nacional”, que marca la herencia monárquica del franquismo. Por la “unidad nacional”, el PSOE apoyó incondicionalmente al gobierno de Rajoy frente a las aspiraciones republicanas expresadas en el referéndum del pueblo catalán del 1 de Octubre de 2017. La “unidad nacional” española deviene del inmenso fracaso de la burguesía española, incapaz históricamente de separarse del viejo régimen y de centralizar de forma capitalista los territorios. Una unidad nacional que sólo se pudo imponer a sangre y fuego por Franco, Hitler y Mussolini. De forma que la unidad nacional de los herederos de Franco se postula como un recurso místico, casi religioso, que carece de bases sustantivas ante las demandas democráticas y republicanas de soberanía de los pueblos. A las naciones, o mejor dicho, a la nación de naciones que es España se le quiere imponer un uniformismo monárquico carente de legitimidad, basado en la pretendida unidad nacional.  Mas la unidad nacional de los herederos de Franco, marcada por la guerra y la represión desde su alzamiento contra la República, no puede mantenerse sin violentar los derechos democráticos, sociales y nacionales de los pueblos. El franquismo sin Franco pervive en el régimen monárquico. El marco histórico de la unidad nacional proviene de las condiciones creadas en la Primera Restauración, impuesta por la contrarrevolución franquista y remachada por la Constitución del 78, donde no tiene cabida alguna la Verdad, Justicia y Reparación de las víctimas, como centro de las demandas democráticas de la Memoria. La situación internacional de guerra y genocidio contra los pueblos vive de una lucha sin cuartel por el reparto del mundo entre las grandes potencias. Es preciso entender los acontecimientos de Oriente Próximo. El régimen de Al Asad se ha hundido después de más de trece años de guerra, y se informa de que antes de huir a Moscú, el dictador mantuvo conversaciones con los insurgentes, “ordenando que se facilite una transición pacífica”. Los aliados de Al Asad, que en un principio combatieron los avances islamistas, se cruzaron de brazos ante la ofensiva, una vez que hubieron negociado un verdadero reparto. El Kremlin asegura que está en contacto con las nuevas autoridades para abordar la situación de las bases militares rusas en Siria. Es evidente que las principales potencias intervinientes en la guerra de Siria han negociado una salida imperialista a la situación, que posibilite un nuevo reparto sobre las actuales divisiones territoriales y políticas. Por ello, los medios de comunicación internacional se han dedicado a prestigiar a las bandas islamistas, presentando a los declarados ayer como peligrosos terroristas por la ONU, como libertadores del pueblo sirio; pasando de terroristas a rebeldes de la noche a la mañana. Las órdenes del líder islamista de origen saudí al tomar la capital eran: “Entrad en Damasco con modestia, tratad bien a vuestro pueblo y vuestra gente”. Evidencian que la transición política se ha pactado, y que la mayoría del gobierno anterior se mantiene en sus puestos. Los pueblos de Siria, que pelean durante más de una década contra la guerra y la miseria, con millones de refugiados que vuelven a casas y campos destruidos, no existen para los poderosos. Israel, por su parte, ha multiplicado en estos días los bombardeos contra instalaciones militares en Siria y tropas israelíes han penetrado en territorio sirio manteniendo una invasión de tanques y carros de combate, mucho más allá de los Altos del Golán. La nueva situación en Siria se ha fraguado en el contexto general de sanciones y guerras, al calor de la guerra y genocidio en Gaza, la intervención militar sionista en el Líbano, la amenaza constante de agresión sobre Irán y el desfonde de los aliados de Al Asad. La fuga del dictador representa un punto de inflexión en toda la zona, y difícilmente se puede explicar sin el hundimiento de su ejército y policía, por la deserción masiva de soldados y oficiales, con el desmoronamiento de parte del aparato de Estado. Hay que entender que el principal actor de este cambio ha venido de la larga resistencia del pueblo sirio ante la dictadura y la intervención imperialista. El futuro de Siria viene condicionado ahora por la repartición de las grandes potencias, con el dominio de lo que se conoce por el Gran Israel. Pero, de otra parte, por la resistencia política del pueblo sirio y los pueblos de la zona directamente afectados por el caos y la miseria. Por tanto, la lucha obrera y popular continúa contra el nuevo reparto imperialista.         Fuente → elespacioindependiente.wordpress.com La Voz de la República - Todas las Noticias RSS El Primer DNI Republicano