La memoria es un arma cargada de futuroRuth Toledano Frente al interesado olvido y al doloroso silenciamiento, hacer de la memoria ley es...
Vous n'êtes pas connecté
Zabaleta o la prostitución de la memoria Ateneo Basilio Lacort En el artículo publicado en este periódico por P. Zabaleta hay varios aspectos que no tiene en cuenta. Ignora que el referente histórico del debate no es Belchite, sino la Navarra de 1936. Olvida que las víctimas a las que nos referimos son las víctimas del carlismo, no los golpistas carlistas que murieron en el frente de batalla. Obvia que sólo hubo un bando, el carlofalangista, dedicado a asesinar impunemente. Y no tiene en cuenta que, aunque no se hubiera cometido tal barbarie en Navarra, miles de ciudadanos exigiríamos la demolición de los Caídos, como cualquier otro edificio erigido a la memoria de los golpistas en cualquier lugar del mundo. También sostenemos que es imposible resignificar un monumento o cualquier objeto. Podrá dársele una finalidad distinta a la que originalmente tuvo, pero no resignificarlo. Zabaleta lo podría intentar con el símbolo de ETA, el bietan jarrai. Intente resignificarlo en un mensaje de paz y de verdad. Afirmar que “la demolición del monumento pretende cambiar la historia”, olvida algo tan elemental como que la historia no la cambia ni Dios. Se podrá ordeñar según sea su narrador en función de sus intereses actuales, como ha hecho Zabaleta en su artículo. Negar que “el monumento es una prueba o un testimonio de la historia” es vaga contradicción. Antaño, HB, donde militaba Zabaleta, juzgó el monumento como testimonio representativo del segmento de la historia más negro de Navarra. Tan negro que esa HB exigió su demolición en 1986 en un mitin en Sartaguda. ¿Cómo es posible que dicho monumento haya perdido su capacidad de simbolizar un hecho de la historia? Utilizar el término de “rebelión militar” en lugar de golpe de Estado refleja la verdadera intencionalidad de quien pretende rebajar su semántica violenta, antidemocrática y anticonstitucional del segundo concepto. Zabaleta se regodea repitiendo que “fue una rebelión criminal protagonizada por Mola, Franco y la mayoría del ejército, aupado por dirigentes políticos, económicos e intelectuales de sectores minoritarios”. Desengáñese. Fue un golpe de Estado perpetrado por unos militaristas perjuros y rebeldes, secundados en Navarra por el carlismo, un sector militarizado e intelectual nada minoritario, responsable de que, tras el golpe fracasado, la guerra siguiera por sus fueros criminales en Navarra. Zabaleta no diferencia entre lo sucedido en Navarra y en España y este matiz clave le lleva directamente a homologar los crímenes habidos en ambos territorios. Pero, siendo respetuosos con el lenguaje, sólo cabe decir que en Navarra hubo asesinados y en España muertos por Dios, la Patria y el Rey. La diferencia entre ambos términos no es sólo semántica, también es política y ética. Más grave es meter en el mismo saco a quienes defienden la demolición del monumento con quienes pretenden mantenerlo en pie, añadiendo que “ambas posturas son una usurpación de la memoria y la verdad de las víctimas de ambos bandos”. Idea que vertebra su maniqueo discurso tanto que la repetirá de un modo insultante: “La utilización de la imagen de unas víctimas para hacer prevalecer unas posturas ideológicas contra otras constituye precisamente la utilización –y por lo tanto prostitución– de la memoria de tales víctimas”. Lo que significa que quienes defendemos la memoria y la verdad de nuestros familiares asesinados somos unos proxenetas que explotamos sus asesinatos para defender la demolición del monumento. ¡Quién fuera a decirlo! En fin. Reconozcamos que en la defensa de la demolición del monumento no nos olvidamos de nuestros familiares asesinados. ¿Cómo no hacerlo? El edificio evoca la exaltación de quienes fueron sus asesinos, los golpistas, y, por tanto, la humillación permanente de sus víctimas. ¿Es a esto a lo que llama Zabaleta “prostitución”? Si es así, no tenemos ningún problema en aceptarlo. Solo que albergamos la seguridad de que aquí el único que prostituye la memoria y la verdad de las víctimas asesinadas por los carlista es Zabaleta, al colocarlos en la misma categoría de personas que la de las otras víctimas, las cuales, si lo fueron, no fue por defender una sistema democrático y constitucional, sino por integrarse en un ejército golpista. Exigimos la demolición de un monumento porque exalta el golpismo y las rebeliones militares, eufemismo de golpe de Estado. No sólo respetamos la memoria y la verdad de las víctimas asesinadas por el carlismo, sino que exigimos que su memoria sea reparada y la verdad de sus asesinatos salga a la luz –incluidos los nombres de sus verdugos–, lo mismo que la recuperación de sus cuerpos todavía sin rescatar. Si a este acto se llama prostituir su memoria, pues bienvenida sea dicha inculpación. Aunque ¿no será más bien un acto de justicia –de justicia poética decía la hija de Zabaleta–, hecho bien paradójico que tengamos que recordárselo a un abogado? Cuando Zabaleta insta a que se reconozca “a todas las víctimas el papel emblemático de simbolizar la paz y la democracia, incluidos sus adversarios”, ¿se refiere también a su victimario, Rodezno, Garcilaso, E. Esparza, Eusa, López Sanz, Mola, Sanjurjo, Esteban Ezcurra, el Chato de Berbinzana…, todos ellos resignificados, es decir, convertidos en mensajeros de la democracia y de la paz? Igualar a quienes defendemos la demolición del monumento con quienes pretenden su mantenimiento, porque, según dice Zabaleta, “utilizamos/usurpamos/prostituimos la memoria de las víctimas”, en nuestro caso, nuestros familiares asesinados, es lo último que nos quedaba por leer. Ni usurpamos su memoria, ni su verdad, porque su memoria y su verdad son, en esencia, los mismos que, mutatis mutandis, nosotros defendemos. Y, como nosotros, jamás habrían aceptado un monumento de exaltación del fascismo, menos aún en honor de sus verdugos. Cuando Zabaleta dice que se está prostituyendo la memoria de las víctimas en beneficio de unos “postulados ideológicos”, debería señalar quiénes han sido en esta historia los auténticos proxenetas o falsarios de la historia. Hasta la fecha, los únicos a quienes podría aplicárseles tal contubernio eran los partidos que han decidido resignificar –¿prostituir, mejor?–, el monumento. Incluso quieren utilizar el nombre de una víctima, Maravillas Lamberto, para dar titularidad a un centro de interpretación. Y sin consultar con su familia, ni con nadie. Pero esto no es prostituir. Claro. Es resignificar. ¿Qué fin buscan quienes utilizan las víctimas carlistas para mantener el monumento? La exaltación golpista. ¿Qué fin buscamos quienes, según Zabaleta, “prostituimos la memoria de las víctimas del carlismo” para exigir la demolición del monumento? El rechazo del golpismo militar y la criminal utilización de la muerte del oponente para construir una idea de país. Hay que tener mala fe para poner a ambos bandos en el mismo nivel de decrepitud ideológica. Por Víctor Moreno, José Ramón Urtasun, Carolina Martínez, Clemente Bernad, Pablo Ibáñez, Carlos Martínez, Txema Aranaz Fuente → noticiasdenavarra.com La Voz de la República - Todas las Noticias RSS El Primer DNI Republicano
La memoria es un arma cargada de futuroRuth Toledano Frente al interesado olvido y al doloroso silenciamiento, hacer de la memoria ley es...
La matanza de Casas Viejas y la memoria histórica José Luis Gutiérrez Molina Pienso que memoria histórica debe circunscribirse a la represión...
Hernán Confino y Rodrigo González Tizón, historiadores especializados en la historia reciente argentina, analizan en su libro "Anatomía de una...
Las derechas españolas siempre tienen excusas para no juzgar al franquismo / Cándido Marquesán Millán Cuando se aprobó el 2012 en el Congreso...
Organismos de derechos humanos expresaron su "más enérgico repudio a la decisión que llevó adelante Alberto Baños, Secretario de Derechos...
Es posible que en este momento de tanta incertidumbre y desesperación no tengamos referentes políticos en quienes depositar nuestra esperanza con...
Uno de los más afectados es e Archivo Nacional de la Memoria (ANM) que conserva los documentos de la Conadep. Por los despidos, se demoran las...
El trabajo esclavo en la construcción del pantano del Ebro aflora en las ‘Memorias ahogadas’ / Oscar Allende Publicado por la editorial...
Un amor violento, la trata de personas y el rastro de la guerra de los Balcanes son el escenario de ‘Polilla’, la novela debut de Alba Muñoz a...
Celebrar la flebitis del dictador Hugo Martínez Abarca Es razonable que la derecha española tenga un trauma histórico con la dictadura. Pese a...