X

Vous n'êtes pas connecté

Maroc Maroc - AVOZDELAREPUBLICA.ES - A La Une - 17/Aug 08:00

Maíz para gallos: la financiación monárquica del primer fascismo español

Maíz para gallos: la financiación monárquica del primer fascismo españolSergio Giménez  Que los primeros grupos fascistas–y fascistizados– en España fueron sufragados por los monárquicos más reaccionarios, allá por los años 20 y 30 del siglo XX, es algo bien trabajado y demostrado por la historiografía. Sin embargo, conviene recordarlo en estos tiempos difíciles en que, a rebufo del avance de la extrema derecha, toman fuerza propuestas y grupos rojipardos con un discurso antisistema y revolucionario.  Para ello, junto con un breve repaso a la financiación de los primeros grupos y publicaciones fascistas, recuperamos las acusaciones que al respecto se lanzaron mutuamente en la prensa de la época los dos líderes del fascismo español por antonomasia: Ramiro Ledesma Ramos, a menudo presentado como el paladín del “ala izquierda” del movimiento, y José Antonio Primo de Rivera, cuyo discurso se radicalizó precisamente tras esta disputa, a partir de 1935, con propuestas más obreristas y revolucionarias, libre ya de los compromisos económicos con la derecha radical.  José Antonio y Ramiro Ledesma, con boina, el 7 de octubre de 1934 en la entrada de Gobernación, Madrid  DOS GALLOS EN EL CORRAL… El comienzo de la Revolución de Octubre de 1934 coincidió con la reunión del I Consejo Nacional de la Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FE-JONS), la organización resultante de la fusión de la Falange de José Antonio con las JONS de Ramiro Ledesma y Onésimo Redondo, en febrero de ese año.  Dada la gravedad de los acontecimientos se suspendieron las sesiones, previstas para los días 4 a 7 de octubre, aunque el Consejo Nacional tuvo tiempo de acabar con la forma de dirección colegiada usada hasta ese momento, un triunvirato compuesto por Ledesma, José Antonio y el célebre aviador Julio Ruiz de Alda, y designar a Primo de Rivera como Jefe Nacional. Esto supuso una primera derrota de Ledesma, quien habría orquestado el nombramiento de un mando único con la esperanza de desplazar a José Antonio,[1]  para él demasiado tibio y estratégicamente errado.[2] Durante la huelga general revolucionaria, FE-JONS puso a disposición del Gobierno a sus raquíticos sindicatos de la Central Obrera Nacional-Sindicalista (CONS) para proteger industrias y edificios oficiales y religiosos, así como para proveer de esquiroles a la prensa reaccionaria madrileña (La Nación, de la que José Antonio era accionista, e Informaciones, propiedad del financiero Juan March) y los servicios públicos (correos, tranvías, funeraria, electricidad, agua y gas, etc.), tal y como hicieron las Juventudes de Acción Popular (de la CEDA) o los carlistas. Es más, en lugares como Moreda, Oviedo, Gijón y Santander, los falangistas combatieron a los revolucionarios junto al Ejército y participaron en la represión. Todo ello había costado seis muertos entre sus filas; sin embargo, el rédito político para los falangistas no podría ser más desalentador, pues a cambio del sacrificio y la fidelidad al Gobierno recibió la represión del régimen: suspensión de publicaciones, cierre de casi todos sus centros y persecución de la CONS.[3] Por otro lado, la formación fascista rechazó adherirse al Bloque Nacional de José Calvo Sotelo, una entidad suprapartidista creada oficialmente en diciembre de 1934 que aglutinaba a las derechas monárquicas que, a diferencia de la CEDA de Gil Robles, apostaban claramente por el cambio de régimen. Nos referimos a los alfonsinos de Renovación Española, parte del carlismo y los fascistoides de José María Albiñana. De este modo, además de quedarse políticamente sola y de cerrar la principal vía de acceso al poder de los fascismos europeos mediante el pacto con los conservadores[4], FE-JONS perdía la principal vía de financiación hasta el momento, procedente de la derecha monárquica. Esta financiación venía permitiendo a los monárquicos controlar las escuadras fascistas, la llamada Falange de la Sangre o Primera Línea, un asunto que ya había sido motivo de disensiones internas en el verano de ese año. Me refiero al intento de escisión y, a la postre, expulsión definitiva del aristócrata y militar guipuzcoano Juan Antonio Ansaldo, jefe de las milicias de Falange y firme partidario del ojo por ojo en los choques callejeros, en contra del parecer de José Antonio, más comedido y con una visión estratégica de partido más a largo plazo, convencido en ese momento de las pocas posibilidades de éxito de la confrontación directa.[5]  De hecho, Primo de Rivera estaba convencido de que tras las maniobras de Ansaldo estaban los dueños del dinero.[6] Tras Octubre y la referida pérdida del apoyo económico procedente de la derecha radical, no tardaron en llegar de nuevo las divisiones internas y, finalmente, la ruptura con los monárquicos. El primero en abandonar FE-JONS fue Francisco Moreno y Herrera, Marqués de la Eliseda y principal financiador del partido,[7] alegando estar en desacuerdo con el apartado de los Veintisiete Puntos programáticos de FE-JONS, recién aprobados, que hace referencia a la no injerencia de la Iglesia en cualquier asunto “que menoscabe la dignidad del Estado o la integridad nacional”. A él le siguieron Ricardo Rada, Luis Arredondo, Manuel Groizard, Emilio Rodríguez Tarduchy y otros jerarcas de las milicias, que se pasaron al Bloque Nacional junto a 2 ó 3.000 falangistas.[8] La verdad, no obstante, es que el criterio no difería demasiado de los puntos originales del movimiento.[9] A continuación llegó el intento de escisión de Ramiro Ledesma para reflotar las antiguas JONS. Contrario tanto al liderazgo de Primo de Rivera cuanto al rumbo que estaba tomando la organización, Ledesma sí había considerado la oportunidad táctica de integrarse en el Bloque Nacional para no quedar aislados.[10] José Antonio lo expulsó en un movimiento anticipatorio, logrando así que sólo arrastrara a una minoría de incondicionales, entre ellos a Nicasio Álvarez de Sotomayor, antiguo militante destacado del Sindicato de Sanidad de la CNT madrileña que tuvo un papel destacado en la creación de la CONS.[11] Pero lo más chusco fue ventilar la disputa en la prensa, donde aparecieron críticas y acusaciones mutuas de recibir favores y dinero de sectores privilegiados.[12] El diario madrileño ABC publicó el 15 de enero de 1935 los comunicados de las dos facciones enfrentadas. Mientras los jonsistas disidentes insistían en afianzar con la escisión «…el carácter nacional-sindicalista revolucionario que nos ha distinguido siempre y que incorporamos a Falange Española cuando hicimos la fusión que hoy declaramos rota…»[13], FE-JONS aseguraba lo siguiente: … Se sanciona con esta medida [la expulsión] su constante conducta de indisciplina y conspiración contra la unidad del movimiento y sus infatigables negociaciones encaminadas a granjearse la protección de grupos políticos diametralmente opuestos al sentido revolucionario nacional-sindicalista. Esta denominación, con la que Ledesma y Sotomayor han venido pretendiendo captar a las masas obreras, les ha servido, no se sabe cómo, para solicitar las protecciones menos revolucionarias de España.[14] Tres días más tarde, Ledesma respondía así en Heraldo de Madrid: … Primo de Rivera utiliza una palabrería demagógica; pero son notorios sus relaciones con la alta Banca y los grandes terratenientes andaluces. A la vez que dice querer la revolución nacional-sindicalista pide dinero a los directores de los Bancos y a los grandes terratenientes….[15] La disputa continuó durante las semanas posteriores. La Patria Libre, el nuevo semanario de las renacidas JONS que vio la luz a mediados de febrero, contiene numerosas referencias al asunto en que continúa tratando a Jose Antonio como a un señorito de derechas, políticamente torpe. La réplica y colofón vendría en un artículo despiadado titulado «Arte de identificar “revolucionarios”», publicado en la contraportada del primer número de Arriba, el 21 de marzo, sin firma aunque atribuido a Primo de Rivera en las distintas ediciones de sus obras completas, y que merece ser reproducido íntegramente: Quienquiera se tropiece con un feroz «revolucionario» –o «gevolucionario» según dicen algunos guturalizando la r–[16], con uno de esos revolucionarios tan feroces, tan feroces, que juzgan falsos revolucionarios a todos los demás, debe plantearse a sí mismo, como tema de investigación instructiva, la pregunta siguiente: ¿De qué vive este sujeto? Porque hay tremebundos revolucionarios que ganan, por ejemplo, en una oficina pública 450 pesetas al mes[17] y que gastan dos o tres mil entre viajes, alojamiento independiente, invitaciones a cenar y salario de tres pistoleros en automóvil para protección de sus preciosas vidas. Si alguien se obstina en averiguar de qué manera los tales revolucionarios repiten con sus parvos ingresos el milagro de los panes y los peces, no tardará en descubrir como fuente secreta de tales dispendios la mayordomía de algunos millonarios archiconservadores, o ciertos fondos estables dedicados a la retribución de confidentes. O las dos cosas, que de todo hay en la viña del Señor. Esta abyección inicial aceptada por el pobre revolucionario matiza todos sus gestos y actividades. Unos y otros acaban por adoptar el color de la estafa: desde la afirmación de poseer secretos comprometedores hasta las alocuciones ingenuas, en letras de molde, dirigidas a imaginarias masas cuya simpática escasez permitiría de sobra la celebración de juntas generales en las plataformas de un tranvía. Esto de que un individuo tenga que vender su cualidad de persona decente a cambio de unos cochinos duros (duros, ¡ay!, que sólo recibirá mientras su abyección convenga a los amos), es, aunque triste, un corriente episodio individual. Pero ya es peor que el tal individuo, para devengar su salario, tenga que jugar con la crédula desesperación de unos pobres obreros a los que promete redimir. O que se dedique a injuriar a quienes con sacrificio serio de posiciones, ventajas, tranquilidad y afectos, llevan adelante la durísima tarea de alistar y curtir en la abnegación a una magnífica juventud patria. Que este movimiento pujante ponga en zozobra a los fabricantes de falsos patriotismos y estados corporativos fiambres no tiene nada de particular; pero que al servicio de esos fabricantes haya tipos de revolucionarios afectadamente mal vestidos y sucios, con la boca llena de demagogias corajudas, es una inmundicia. Las agrupaciones sanas eliminan esa inmundicia normalmente, sin aspaviento ni sorpresa.[18]  …COMIENDO DE LA MISMA MANO La realidad es que la financiación del fascismo español por parte de los monárquicos más reaccionarios la encontramos desde el primer momento. Es más, la iniciativa de crear publicaciones y organizaciones partía no pocas veces de los propios financieros, cuyos nombres se repiten una y otra vez, a menudo repartiendo los huevos en diferentes canastos. Veamos algunos ejemplos: La Camisa Negra. Semanario Gráfico Popular, cuyo único número apareció en diciembre de 1922, fue una iniciativa del director del diario madrileño La Acción, Manuel Delgado Barreto, quien pretendía crear un movimiento fascista en España junto con unos cuantos mauristas[19] y un grupo de rompehuelgas pertenecientes a  Unión Ciudadana y al Somatén. Recibieron la ayuda económica de la Confederación Patronal Española.[20]Los Legionarios de España, de Albiñana, ataviados con camisa azul celeste y una cruz de Santiago bordada en el pecho, se formaron durante el fin de la Restauración y subsistieron durante los años republicanos. Siempre con escasa financiación, la poca que obtuvieron procedía de la Unión Monárquica Nacional y del «fondo de reptiles» (destinado a la compra de voluntades) de la Dirección General de Seguridad encabezada por el general Emilio Mola.[21]La Conquista del Estado fue el semanario creado en Madrid  a principios de 1931 por Ramiro Ledesma y un grupito de afines (en adelante LCE), para muchos el primer grupo fascista en sentido estricto. El título calcaba el del periódico fascista romano La Conquista dello Stato. Para su publicación,tras probar suerte con el político catalanista conservador Francesc Cambó y con Juan March, lograron el respaldo económico del «fondo de reptiles» del Gobierno del almirante Aznar, así como de banqueros e industriales vizcaínos: José María de Areilza, José Félix Lequerica, Luis María Zunzunegui, María del Pilar Careaga, Hurtado de Mendoza, el diplomático José Antonio Sangróniz, etc. Poco interesados en el tono radical de la publicación, lograron que no aparecieran críticas al capitalismo financiero en sus páginas.[22]En Valladolid, otro grupo liderado por Onésimo Redondo editará Libertad, semanario de rasgos fascistoides, antimarxista y antisemita, aunque de tradición católica y agrarista. El primer número pudo salir a la luz en junio de 1931 gracias a 2.500 pesetas donadas por la familia Martín Alonso, amiga de Redondo, y más adelante recibió ayudas de grupos católicos.[23] En agosto dieron un paso más y fundaron la organización Juntas Castellanas de Actuación Hispánica (JCAH).De la unión de los grupos de LCE y JCAH, en octubre de 1931, nacieron las JONS.  La fusión, que obedeció más a razones estratégicas y económicas que a afinidades ideológicas, fue impulsada por el mismo grupo del empresariado vasco interesado en acosar a la República a través de grupos violentos radicales.[24] Libertad siguió siendo el portavoz único del nuevo grupo, hasta que en mayo de 1933 se publicó la revista mensual JONS, que consiguió salir a la calle gracias a la ayuda económica de Juan March[25] y a 10.000 pesetas aportadas por los monárquicos vascos para lanzar la revista, armarse y mejorar infraestructuras. Lograron así 400 nuevos adherentes entre los estudiantes y mayor presencia en las calles. Como cuenta el propio Ledesma (alias Roberto Lanzas) en ¿Fascismo en España? (1935), José Félix Lequerica y José María de Areilza fueron los intermediarios para recaudar el dinero.[26]Los diferentes grupos fascistas, entre los cuales encontramos ya a José Antonio Primo de Rivera, habían confluido en marzo de 1933 en una nueva publicación llamada El Fascio. Haz Hispano. El periódico, de vida efímera, fue ideado y costeado por Delgado Barreto,[27] por entonces director de La Nación, que –sabemos– contaba con Jose Antonio como accionista. Con apoyo de la embajada italiana, a esta iniciativa se unieron los directoresde Informaciones (Juan Pujol) y La Época (José Ignacio Escobar y Kirkpatrick, Marqués de las Marismas), además del futuro fundador de Falange Alfonso García Valdecasas, un periodista alemán y presumiblemente el embajador italiano Raffaele Guariglia.[28]Pocas semanas después, junto a antiguos primorriveristas, José Antonio fundó el MES, en cuya propaganda se daban a conocer como Movimiento Español Sindicalista – Fascismo Español. En febrero de 1933, la derecha alfonsina más radical se había aglutinado en torno al partido Renovación Española, bajo la presidencia del maurista Antonio Goicoechea; el otro sector más posibilista, procedente de Acción Popular (antes Acción Nacional), creía viable alcanzar el poder por procedimientos democráticos y logró numerosos adherentes desde la creación, a primeros de marzo, de la CEDA. Así, a finales de agosto, la jugada para los alfonsinos estaba clara: intentar atraerse a través del fascismo a una masa de adeptos que no eran capaces de arrebatar a los cedistas. Ledesma y su grupo eran demasiado radicales, por lo que depositaron las esperanzas en Jose Antonio, con quien firmaron en El Escorial un pacto de diez puntos a través de Pedro Sainz Rodríguez, en ese momento el único diputado que pertenecía a Renovación Española, en que los miembros del MES se comprometían a no atacar a la Monarquía y a mantenerla informada de sus actividades a cambio de financiación.[29]  Falange Española (FE) fue el resultado de todo ello, así como de las tertulias del Café Gijón y otros bares de Recoletos con los monárquicos Emilio Rodríguez Tarduchy y César González-Ruano, y del apoyo de Manuel Delgado Barreto y Ángel Herrera Oria, director de El Debate.[30] No en vano, José Antonio fue elegido diputado por Cádiz en las elecciones generales de noviembre de 1933, pocos días después de la fundación de FE, dentro de la coalición de derechas Candidatura de Unión Agraria y Ciudadana y con el apoyo de monárquicos como Ramón de Carranza o José María Pemán. Además, la cabecera del nuevo movimiento, F.E., aparecida en diciembre, fue impresa en los talleres de La Nación hasta que decidieron pedir un crédito y lanzarla por su cuenta. En Barcelona, los organizadores de FE lograron atraerse a finales de 1933 a un grupo de industriales que colaboraron económicamente en el nuevo proyecyo: el ingeniero Wifredo Ricart-Giralt y Felip Batlló Godó, pioneros de la industria automovilística que se habían unido para crear la Ricart-España; Avelino Trinxet Pujol, empresario textil; Francisco Luis Rivière, propietario de la metalúrgica Riviere S.A.y dirigente de la organización patronal Foment del Treball Nacional; el perito industrial José Pons Ferrer, copropietario de la farmacéutica Vicente Ferrer. El nexo entre ellos era la amistad y los lazos familiares con Roberto Bassas, abogado y organizador de FE, así como el ultraespañolismo y el apoyo pasado a la Dictadura de Primo de Rivera.[30*] A finales de 1933, las JONS de Ledesma habían perdido casi toda la financiación procedente de los alfonsinos y no podían afrontar la competencia falangista con garantías de éxito. La solución estaba clara: unirse. Pese a las reticencias de muchos de los jonsistas, que veían en FE un partido conservador, la fusión se llevó a cabo. Había nacido FE-JONS, y los monárquicos no tardaron en aportar dinero e instructores para las nuevas milicias,[31] todavía –recordemos– poco preparadas para dar la batalla a las izquierdas en la calle.Una vez constituido el partido fascista unificado se siguieron editando, un tanto independientemente, las publicaciones F.E., JONS y Libertad. En abril, Primo de Rivera consultó con Manuel Aznar Zubigaray, director de El Sol y adepto al maurismo, la posibilidad de lanzar un pequeño diario falangista para Madrid, después de que La Nación decidiera apoyar al partido Renovación Española. El diario tenía que llamarse Sí e iba a suponer una inversión de 200.000 pesetas. Durante el curso 1933‑34 se lanzaron octavillas en la Universidad, anunciando su aparición; sin embargo, los gastos en armas, la ayuda a los presos, la reducción de la asignación monárquica y una disputa entre Ledesma y Sánchez Mazas por la dirección del periódico en ciernes, obligaron a José Antonio a desistir temporalmente del proyecto.[32] Manuel Delgado Barreto (San Cristóbal de La Laguna, 1879- Rivas-Vaciamadrid, 1936)  EN CONCLUSIÓN La financiación de los grupos fascistas en España por parte de los monárquicos más reaccionarios jugó un papel crucial en la configuración y evolución del fascismo español. Esta dependencia económica no sólo permitió a los monárquicos influir en las estrategias y acciones de los escuadristas, convertidas así en «guardia de la porra» de la reacción , sino que también exacerbó las tensiones internas. El conflicto entre Ledesma y Jose Antonio se intensificó con acusaciones mutuas de recibir apoyo de sectores privilegiados, reflejo de cómo las disputas sobre la dirección ideológica y estratégica del movimiento estuvieron profundamente influenciadas por estas relaciones financieras. En última instancia, junto a otros factores como la incapacidad de crear un verdadero movimiento de masas, el asunto contribuyó a la fragmentación del nacional-sindicalismo. Paradójicamente, tras la escisión (o expulsión) de Ramiro Ledesma y del grupito de jonsistas, el discurso de FE-JONS se radicalizó, con una retórica más obrerista y revolucionaria. José Antonio se había convertido en el financiador más importante del partido, logrando así mayor independencia a cambio de estrechez económica. Este «giro a la izquierda» se acentuó unos meses después al aparecer un nuevo apoderado: Benito Mussolini. REFERENCIAS Ellwood, Sheelagh (1984). Prietas las filas. Historia de Falange Española, 1933-1983. Barcelona: Crítica. Gallego, Ferran (2005). Ramiro Ledesma Ramos y el fascismo español. Madrid: Síntesis. Gil Pecharromán, Julio (1996). José Antonio Primo de Rivera. Retrato de un visionario. Madrid: Temas de Hoy. Gil Pecharromán, Julio (2017). «Un partido para acabar con los partidos: el fascismo español, 1931-1936». Bulletin d’Histoire Contemporaine de l’Espagne, núm. 51, 2017, pp. 69-84. González Calleja, Eduardo (1994). «Camisas de fuerza. Fascismo y paramilitarización». Historia Contemporánea, núm. 11, Bilbao, 1994, pp. 56-57. Disponible en https://ojs.ehu.eus/index.php/HC/article/view/19663/17545 (Consulta: 11 de agosto de 2024). González Calleja, Eduardo (2011). Contrarrevolucionarios: radicalización violenta de las derechas durante la Segunda República, 1931-1936. Madrid: Alianza Editorial. González Calleja, Eduardo (2012). «La prensa carlista y falangista durante la Segunda República y la Guerra Civil (1931-1937)». El Argonauta español, núm. 9. Disponible en https://journals.openedition.org/argonauta/819 (Consulta: 11 de agosto de 2024). Jiménez Cortacans, Alfons (2013). El fracàs d’una utopia. La comunicació política dels grups feixistes a Espanya, 1931-1936 [tesis doctoral]. Universidad de Girona. Disponible en https://www.tdx.cat/handle/10803/124700#page=1 (Consulta: 11 de agosto de 2024). Ledesma Ramos, Ramiro (Roberto Lanzas) (1935). ¿Fascismo en España? (Sus orígenes, su desarrollo, sus hombres). Madrid: La Conquista del Estado. Paxton. Robert O. (2019). Anatomía del fascismo. Madrid: Capitán Swing. Payne, Stanley G. (1965). Falange. Historia del fascismo español. París: Ruedo Ibérico. Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, José Antonio (2007). Obras completas. Edición del Centenario. Madrid: Plataforma 2003. Saz Campos, Ismael (1982). «Falange e Italia. Aspectos poco conocidos del fascismo español». Estudis d’ Història Contemporània del País Valencià, núm. 3, pp. 239-283. Suárez Cortina, Manuel (1981). El fascismo en Asturias. Gijón: Silverio Cañada Editor. Tomasoni, Matteo (2014). Onésimo Redondo Ortega. Vida, obra y pensamiento de un sindicalista nacional (1905-1936) [tesis doctoral]. Universidad de Valladolid. Disponible en uvadoc.uva.es (Consulta: 12 de agosto de 2024). [1] González Calleja (2011, pp. 236-237). [2] Las críticas a posteriori a José Antonio por no aprovechar la coyuntura revolucionaria de Octubre pueden leerse en Ledesma (1935). [3] Gallego ( 2005, pp. 280-283);  González Calleja (2011, pp. 237-239). [4] El otro medio era el apoyo popular, igualmente fracasado, puesto que en España carecieron siempre de una base obrera suficiente para conformar una auténtica organización de masas. Sobre uno y otro, véase Paxton (2019, pp. 140, 180 y 190). [5] Payne (1965, pp. 80-82); González Calleja (2011, pp. 224-226). [6] Gil Pecharromán (1996, pp. 294-295); González Calleja (2011, p. 226); Primo de Rivera (2007, p. 647). [7] González Calleja (2012). [8] Payne (1965, p. 64); González Calleja (2011, p. 266). [9] Gil Pecharromán (1996, p. 342). [10] Gallego (2005, pp. 298-300). [11] Rodríguez Arroyo (2015, pp. 98, 120 y 143). [12] Gil Pecharromán (1996, p. 350). [13] «La J.O.N.S. se separa de Falange Española». ABC, 15 de enero de 1935, Madrid, p. 25. [14] Ibidem. El subrayado es nuestro. [15] «El fascismo español, partido por gala en dos. Primo de Rivera y Ledesma Ramos se han colocado frente a frente». Heraldo de Madrid,18 de enero de 1935, p. 16. El subrayado es nuestro. [16] El autor se mofa de Ramiro Ledesma por no saber pronunciar bien las erres. [17] Ledesma ingresó muy joven en el Cuerpo de Funcionarios de Correos y Telégrafos. [18] Primo de Rivera, José Antonio. «Arte de identificar revolucionarios». Arriba, núm. 1, 21 de marzo de 1935, Madrid, p. 6. El subrayado es nuestro. [19] Movimiento precursor de la derecha radical inspirado en el político mallorquín Antonio Maura y su hijo Gabriel. [20] Gil Pecharromán (2017, pp. 69-84); Rodríguez Jiménez (2000, pp. 39-40). [21] González Calleja (1994, pp. 56-57). [22] Payne (1965, p. 10); Ellwood (1984, p. 28); Gallego (2005, p. 110). [23] Gallego (2005, p. 111); Tomasoni (2014, p. 126). [24] González Calleja (1994, p. 62). [25] González Calleja (2011, p. 157). [26] Ledesma, 1935, pp. 33-34; Gil Pecharromán, 1996, p. 183. [27] Ledesma (1935, p. 74); Payne (1965, p. 23); Gil Pecharromán (1996, p. 165). [28] Ibidem. [29] Saz (1982, pp. 247-248, citado por  Pecharromán, 1996, pp. 187-188); Rodríguez Jiménez (2000, pp. 142-143); González Calleja (2011, pp. 167-168). [30] Jiménez Cortacans (2013, pp. 254 y 420). [30*] Mota (2020, pp. 154 y 183). [31] Rodríguez Jiménez (2000, p. 170). [32] González Calleja (1994, pp. 55-81). [33] Primo de Rivera (2007, p. 1516). Fuente → serhistorico.net La Voz de la República - Todas las Noticias RSS El Primer DNI Republicano

Articles similaires

Octubre de 1934. Baladas del norte (Irene Vigil Noguerol, 2024)

avozdelarepublica.es - 10/Sep 09:00

Octubre de 1934. Baladas del norte (Irene Vigil Noguerol, 2024)  Continuación de las dos primeras partes del texto Octubre del 34 de Irene...

Octubre de 1934. Baladas del norte (Irene Vigil Noguerol, 2024)

avozdelarepublica.es - 10/Sep 09:00

Octubre de 1934. Baladas del norte (Irene Vigil Noguerol, 2024)  Continuación de las dos primeras partes del texto Octubre del 34 de Irene...

El primer franquismo (1939-1959) La institucionalización del Régimen (I)

avozdelarepublica.es - 08:06

El primer franquismo (1939-1959) La institucionalización del Régimen (I) / José Luis Garrot Garrot  (VÍDEO DE LA CHARLA AL FINAL DEL...

La educación en el Franquismo: Adoctrinamiento y control ideológico desde la infancia

avozdelarepublica.es - 05/Sep 08:00

La educación en el Franquismo: Adoctrinamiento y control ideológico desde la infancia / Lucía Parro Pantoja Este enfoque educativo tenía...

La educación en el Franquismo: Adoctrinamiento y control ideológico desde la infancia

avozdelarepublica.es - 05/Sep 08:00

La educación en el Franquismo: Adoctrinamiento y control ideológico desde la infancia / Lucía Parro Pantoja Este enfoque educativo tenía...

Sorry! Image not available at this time

Binéfar estrena la renovación de sus pistas de atletismo con una jornada de exhibición con atletas aragoneses y de recuerdo a los pioneros

ganasdevivir.es - 09/Sep 07:10

“Un día para la historia del atletismo binefarense”. Así ha calificado el ex atleta y entrenador e historiador José Antonio Adell la jornada...

Sorry! Image not available at this time

La reacción de Calleja tras la petición de la madre de Lorena, encargada de un refugio de perros: "Que no se te olvide"

cuatro - 04/Sep 21:39

'Volando voy' se ha involucrado mucho en el proyecto de un refugio para perros abandonados para impulsarlo Jesús Calleja ha preguntado a Lorena,...

Albés y Calleja, el derbi en las manos de los dos estrategas

la nueva espana - 04/Sep 06:23

Dos líderes que protagonizaron un pique. En las manos de Rubén Albés y Javier Calleja están muchas de las claves del derbi. Los dos técnicos se...

Derecha española cuestiona asilo a Edmundo González y estiman sería “quitarle un problema” a Maduro

extradigital.com.do - 08/Sep 15:53

Redacción. - Los conservadores españoles, primera fuerza opositora, consideran que el asilo que el Gobierno concede al venezolano Edmundo González...

Derecha española cuestiona asilo a Edmundo González y estiman sería “quitarle un problema” a Maduro

extradigital.com.do - 08/Sep 15:53

Redacción. - Los conservadores españoles, primera fuerza opositora, consideran que el asilo que el Gobierno concede al venezolano Edmundo González...

Les derniers communiqués

  • Aucun élément