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Maroc Maroc - AVOZDELAREPUBLICA.ES - A La Une - 17/Jul 10:00

Una aproximación al sistema de partidos de la II República (José Luis Mateos, 2024)

Una aproximación al sistema de partidos de la II República (José Luis Mateos, 2024) El sistema de partidos pretende establecer la relación entre los grupos y clases sociales que conforman una estructura social, las organizaciones que representan sus intereses y aspiraciones y las instituciones de la organización política, es decir, el Estado, con su normativa jurídica y su capacidad para la interiorización del conflicto. Una relación multidireccional que podría resumirse en una vieja y angosta trilogía y no por ello menos cierta, clase-partido-Estado.  Para comprender un sistema de partidos se requiere de una cierta estabilidad, pero en los breves años de duración de la República Española nada más inestable que su sistema de representación partidaria, nunca consolidado, siempre dinámico. 1º) Son numerosos los factores que han inducido a la inestabilidad, desde la competencia partidaria para representar intereses de un grupo sobre los de otros grupos ajenos o antagónicos, pero también con los partidos más próximos que entran en competición por los mismos grupos. El nivel de polarización política es una manifestación de la alta conflictividad social y por último, la imposibilidad de institucionalización de las organizaciones partidarias dado que, ni el grupo social ni el Estado heredado de la Monarquía, podían permitírselo. Aproximándonos a la verdad, bien podría calificarse como multipartidismo inestable, dinámico y extremo. La relación entre grupos sociales diferentes era de conflictividad, tomaba la forma de luchas ofensivas o defensivas, locales o generales, económicas o políticas. Por lo que respecta a la relación con los cauces de participación de que disponen, véase partidos políticos, la realidad es sumamente voluble, partidos que acaparan la identidad de un grupo se difuminan de un año para otro. El corrimiento general de la sociedad hacia la izquierda hace que partidos de naturaleza burguesa se denominen republicanos (Maura), progresistas (Alcalá-Zamora) o radicales (Lerroux). Un partido determinado, sea el que fuere, sentía que era empujado por el situado inmediatamente a su derecha y a su vez empujaba al situado a su izquierda; mientras y simultáneamente, defendía su viejo espacio contra el nuevo intruso; un ejemplo: la Derecha Liberal Republicana de Alcalá-Zamora y Maura, saltó por encima del situado a su izquierda y que no quiso moverse, véase el Partido Liberal Demócrata de Melquíades Álvarez. Así la DLR aunque sea brevemente, estuvo presente en los gobiernos del bienio progresista mientras el PLD era hostil al proceso de modernización que implicaba el bienio. El salto de la DLR le aproximó al PRR de Lerroux que a la vez sintió la tentación de empujar a la AR de Azaña. Pero esta dinámica no es infinita, tiene sus límites y la política sus fronteras y Lerroux si quería seguir representando los intereses de las clases burguesas no podía echarse en los brazos de la izquierda republicana pequeñoburguesa. Era tal el atractivo republicano que lo reaccionario ocultaba su condición, que lo ultra se vistiese de laico y hasta las ideas revolucionarias se denominasen ideas avanzadas. En ese clima hasta el Estado simulaba ser poroso, sensible a las demandas de los grupos subalternos. Una simulación efímera, claro. Observar los tres procesos electorales habidos en la II República nos permite comparar la diferente evolución de los actores sociales y políticos, así como su influencia en el conjunto del Estado: 28 de junio de 1931 (1), 19 de noviembre de 1933 (2) y 16 de febrero de 1936 (3). ¿Cómo afrontan los actores estos procesos? (la izquierda obrera, la izquierda republicana o pequeñoburguesa, la derecha republicana o burguesa, la extrema derecha, los nacionalistas de izquierda y de derecha). 2º) Por lo que respecta a la izquierda obrera, su representación política e institucional no se corresponde con su realidad social. La influencia del anarquismo en la clase obrera, sindical y antipolítica a través de CNT-FAI era equiparable al menos, en el terreno sindical, al tándem PSOE-UGT. Sin embargo, en el terreno político la hegemonía del PSOE era absoluta. Solo en (3) el PCE logra una representación significativa, 17 diputados frente a los 100 del PSOE mientras, la representación del POUM es muy inferior a su fuerza real siendo, incluso, superado por el reducido Partido Sindicalista. Si lo contemplamos como bloque, la izquierda obrera obtiene 119 (1), 60 (2) y 121 (3), una tremenda infrarrepresentación si tomamos en consideración la fuerza numérica y política de las clases trabajadoras. ¿Cómo se explica esa oscilación? En  junio de 1931 el socialismo es el primer partido del país y la clase obrera la mayor fuerza numérica. La idea de que España vivía una revolución democrático-burguesa reducía la representación proletaria y amplificaba la burguesa y pequeño-burguesa. Parcialmente esto se reproduce en lo que respecta a la izquierda pequeñoburguesa en febrero de 1936. Sin embargo en noviembre de 1933 la representación obrera se reduce a la mitad, explicable por el agotamiento del impulso transformador de 1931-33 y por el abstencionismo anarquista como medida de rechazo a la república burguesa. En todos los casos será el PSOE quien concentre la representación política de esta clase social. La correspondencia entre grupo social y partido político padece múltiples alteraciones a lo largo del periodo republicano sin que las mismas se conviertan en rupturas definitivas, salvo una excepción y no siempre comprendida: el conflicto entre antifascismo y revolución social. En todo caso, socialdemocracia y anarquismo, a pesar de sus quiebras, nunca serán desplazados, pero habrán de coexistir con un tercer actor, el comunismo stalinizado. 3º) Si nos referimos a la izquierda pequeñoburguesa se la observa entusiasmada con el nuevo régimen, considerándose así misma, la encarnación de la República democrática. Va a expresar, con su comportamiento, toda la vorágine del momento político. Estará afectada por todos los virajes que la realidad produzca. En calidad de auto-guía espiritual de la nación mostrará a las clases trabajadoras las bondades de la república, evitando su desbordamiento y a las clases altas el carácter anti-nacional de sus privilegios. Cuando la polarización social le deje fuera de juego, buscará un nuevo liderazgo detrás de los grupos sociales que aseguren un porvenir estable y duradero. Ese grupo puede ser la clase trabajadora, al menos mientras esta se muestre decidida o segura de su hegemonía social. En caso contrario, no es extraño que se convierta en la base de masas de la reacción fascista, creyéndose por sus propios autoengaños anti-socialistas y anti-capitalistas, el grupo social elegido. Tras el bienio progresista sus principales fuerzas, AR y PRS serán reducidas hasta casi su desaparición. Si en 1931 (AR, PRS y PRF) tuvieron 111 diputados, en 1933 se redujeron a 13. Una debacle, ese mencionado fuera de juego en la perspectiva de Octubre. Para seguir haciendo política se requería de un reagrupamiento de sus fuerzas y si no es así las otras clases sociales no les tomarían en serio. Así nació, en 1934 IR (Izquierda Republicana, unificación de AR-PRSI-ORGA) dispuesta a renovar la fracasada conjunción republicano-socialista. Se erigió en denunciante activo de la represión de Octubre, movilizó a la sociedad en favor de la amnistía (mitin de Azaña en el campo de Comillas, en Carabanchel) y adoptó la iniciativa de la coalición electoral, lo que será el Frente Popular. Por eso en febrero de 1936 pasarán de 13 a 89 diputados. Ya se sabe lo que vino después, su protagonismo excesivo y suplantador de las fuerzas obreras no evitará la catástrofe. Ejercieron de defensores de la reconstrucción del desnutrido Estado republicano, en oposición a la revolución, obviamente. Reseña especial merece la irrupción de IR como imprevisto partido de masas. Cuando el gobierno derecha republicana-CEDA agota su crédito y la izquierda y los sindicatos, ilegalizados, no pueden, Azaña sabe ocupar el espacio organizando el mitin más espectacular del periodo republicano. Tras los éxitos de Mestalla (Valencia) y Lasesarre (Baracaldo), en el campo de Comillas junto a la carretera de Toledo acuden casi 400.000 personas procedentes de todo el país. Pero son las clases populares, deseosas de reencontrarse tras la derrota de Octubre las que desbordan todas las previsiones. Allí se vislumbra el declive del gobierno Lerroux-Gil Robles, la reivindicación de la amnistía social y laboral para presos y represaliados y el deseo de restaurar la unidad de las izquierdas, allanan el camino hacia el Frente Popular. 4º) Las clases dominantes –derecha republicana–  sabedoras de lo insensato de cualquier inspiración monárquica, con cierta desgana, se hacen republicanas. Como grupos sociales acostumbrados a dirigir el país han de saber diferenciar entre identidad política y la defensa estratégica de sus intereses. Si se hacen republicanas será para dirigir y gobernar la República y el PRR (Lerroux) el portavoz de sus intereses, opción instrumental pues tanto el PLD (Melquíades Álvarez) o la DLR (Alcalá Zamora) aspiraban a lo mismo es decir, representar los intereses de esas clases. La ventaja del partido de Lerroux estribaba en su tradición republicana y en su organización territorial, además de captar electorado entre los sectores menos conscientes de las clases populares (90 diputados en 1931, 102 en 1933 y solo  5 en 1936). Digamos que en 1936 el PRR había dejado de ser útil, ya no servía. No obstante, los partidos de la derecha republicana obtuvieron 142 (1), 151 (2) y 74 (3), diputados. Para entonces las prioridades de las clases burguesas habían cambiado. En principio su prioridad era republicana y en coalición con la izquierda, en 1933 había de compartirse entre el PRR y la CEDA para culminar en 1936 en el bloque de la extrema derecha y sin solución de continuidad en el golpe franquista. Sabido es que estos grupos o clases jamás juegan al todo o nada. Todos los cestos deben ser utilizados, en todos los escenarios e incluso, en frentes contrapuestos. En 1931 la realidad aconseja participar en la llamada conjunción republicano-socialista con evidentes intenciones: comprometer al principal partido obrero (PSOE) con la estabilidad política y social y evitar, obviamente, la radicalización revolucionaria de las clases obreras. Pero salvaguardar la propiedad es complicado. De forma calculada van abandonando el gobierno y a los socialistas y llegado el momento su grito de guerra: ¡la República para los republicanos! equivalente a ¡fuera los socialistas de! Gobierno!. Así llegamos a la coalición PRR-CEDA, su partido de antes y el de ahora, cultivado en un cesto alternativo por si su concurso se hiciera necesario. ¡Y vaya si se hizo! Transitando por ese camino llegó hasta Franco y la Falange. Pero las clases burguesas, salvo en situaciones extremas, no dejaron de existir en territorio republicano. En este caso el objetivo era descomunal; algo así, como conseguir la reconstrucción del Estado republicano y en consecuencia liquidar la revolución en curso (1936-37). Para esta tarea disponían directamente de la Unión Republicana, ala derecha del Frente Popular e, indirectamente, del resto de partidos (pequeñoburgueses  como IR y ERC) pero también de algunos partidos obreros. Aquí y allá ganaría la burguesía, primer paso para su unificación en un nuevo Estado nacional corporativo. 5º) La extrema derecha conserva lo más añejo de las tradiciones y frustraciones de un país situado en la periferia de los más desarrollados. Las viejas clases y grupos, desde el principio, no ocultan su hostilidad hacia la República. Agrarios, una aristocracia terrateniente responsable del atraso crónico, el poder de la Iglesia católica, la casta militar y burocrática, una burguesía vinculada a los negocios del Estado mantienen, en común, la identidad con la monarquía, el centralismo y las reliquias de viejos sueños imposibles. Pero estas complicidades no convierten a la extrema derecha en el representante fiable –salvo alguna excepción- de las clases burguesas. Debe mantenerse en la reserva, cual célula durmiente, a la espera de que el conflicto  social eleve su protagonismo. No obstante se organiza, actúa y crece. CEDA, Renovación Española, y Comunión Tradicionalista. Católicos defensores del Estado confesional, monárquicos y carlistas, todos con cualidades intercambiables. Pero la situación cambia con la ruptura de la conjunción republicano-socialista; la extrema derecha, ahora alimentada profusamente, sale de la reserva. Su victoria electoral de noviembre de 1933 se amplifica por el éxito de Hitler ese año y por el de Dollfus (Austria) al año siguiente. En efecto, 185 diputados en las Cortes de noviembre de 1933 suponen un formidable crecimiento respecto de los 31 de dos años antes: 145 de CEDA y Agrarios, 20 tradicionalistas, 13 monárquicos de Renovación Española y un falangista conforman el bloque más numeroso (la derecha republicana cuenta con 151). Pero esa extrema derecha no puede gobernar, no tienen la mayoría de la cámara. Y la derecha republicana (PRR y otros) por temor al movimiento obrero, no se atreve, todavía, a la coalición de ambas. Los escaños de extrema derecha en 1936 serán 124. En 1936, después de las elecciones de febrero ya no hay dudas: la continuidad de una República democrática estable parece incompatible con los intereses de las clases que obstaculizan la modernización del país. Estas clases se encomiendan a un cirujano, militar, por supuesto. Una mención especial merece la Falange (FE de las JONS), presunta encarnación moderna del fascio español. Una ideología alimentada por todo lo que existe en el basurero histórico de una nación o de un Estado. El pensamiento fascista no es irracional, sin embargo, la irracionalidad constituye el principio, medio y fin de sus ideas. Resulta tan irracional como la simpatía del esclavo por el látigo. Quiere acabar con la lucha de clases pero mantener las clases sociales, orientando su funcionalidad. Pero también es un movimiento social y una aspiración hacia un Estado nuevo. Dirigida por un aristócrata prototipo de señorito arrebatado se convertirá en la referencia para unificar, políticamente, la alianza de todas las clases reaccionarias (FET y de las JONS). Una mezcla estrafalaria y provinciana de tradicionalismo agrario, catolicismo integrista y monarquía autoritaria, a eso se reduce la modernidad del fascismo ibérico. 6º) La II República abre el camino a viejas aspiraciones de identidad nacional y regional. El centralismo españolista se presenta como una de las manifestaciones más desagradables del régimen monárquico. Los nacionalistas vertebran las alternativas al centralismo, se diversifican, en dirección hacia el autonomismo y en menor medida hacia la demanda de autodeterminación y ésta, a su vez, hacia el independentismo o hacia la conformación de una república federal. Catalunya, Euskadi y Galicia son los territorios afectados, aunque solo en el primero cuente con una base social que alcanza a la práctica mayoría de la sociedad. Esa base correspondía a las clases pequeñoburguesas y a sectores de la clase obrera, también las clases burguesas catalanas eran partidarias del Estatuto de Autonomía y así lo refrendó en referéndum. En 1932 entra en vigor con el Gobierno de la Generalitat presidido por Macià, pero las Cortes lo recortan al gusto del centralismo. De ahí a 1936, año en que ejerce la práctica independencia hasta mayo de 1937. En Euskadi entra en vigor ya comenzada la guerra civil y en Galicia, no pasa de proyecto, al triunfar allí el golpe militar. Todas las organizaciones políticas nacionalistas, con una sola excepción, la Lliga Catalana, permanecerán leales al Estado republicano. Pero también serán hostiles a las transformaciones impuestas por la revolución obrera, aunque suponga la reducción de la propia autonomía nacional. ERC y PNV participarán en el Gobierno de la República prácticamente durante toda la guerra, así como en los gobiernos republicanos del exilio. En cuanto a la representación obtenida, es la siguiente: En 1931, 48 nacionalistas de izquierda (NI) y 19 nacionalistas de derecha o regionalistas (ND). En 1933, 27 (NI) y 37 (ND) y en 1936, 35 y 26 respectivamente. Todas las organizaciones que se reseñan a continuación desempeñaron, a diferentes niveles y, en distintos momentos, un protagonismo especial en los acontecimientos del periodo 1931-1939. Muchas veces de forma directa o deformada representaron los intereses de los diferentes grupos y clases sociales en conflicto. Algunos tuvieron una vida efímera, otros desparecieron en la vorágine política y los hubo que nunca superaron el estado embrionario. Los hubo dignos e indignos, comprometidos con la emancipación de las clases trabajadores y criminales enemigos de ellas, demócratas y autoritarios. En fin, merecedores de respeto y admiración y personajes y organizaciones ciertamente despreciables. Veamos una aproximación a lo que fueron: Izquierda Obrera:                                Cuando en enero de 1930 se produce la dimisión del dictador Primo de Rivera las fuerzas políticas de la izquierda, con excepción del PSOE y de la UGT, viven una prolongada clandestinidad. El PSOE es tolerado y la UGT mantiene una notable afiliación cuando ambas organizaciones pasan a formar parte del Comité Revolucionario Republicano (Pacto de San Sebastián) junto a pequeños partidos de naturaleza personalista o burguesa, en el mejor de los casos. El resto de organizaciones políticas y sindicales ven atenuada su exclusión durante la Dictablanda, eso es, durante los gobiernos del general Berenguer y del almirante Aznar. Al proclamarse la República, son cuatro las organizaciones que conforman la izquierda política aunque no todas se muestren conformes con esta denominación y por encima de ellas el poderoso movimiento sindical. Después de todo, la clase obrera es el fundamental actor político de la República, con su esfuerzo llegó y desapareció con su derrota en la Guerra Civil. En 1931 son cuatro las organizaciones de la izquierda política y/o anti-política: En octubre de 1934, PSOE, PCE, BOC, ICE, FAI y FSL. En julio de 1936, PSOE, PCE, FAI, POUM y PS. PSOE (Partido Socialista Obrero Español) creado en 1879 como una escisión, en España, de la corriente marxista de la AIT, I Internacional. Es el más poderoso partido político de la izquierda y de todo el país. En 1931 Julián Besteiro, Largo Caballero e Indalecio Prieto ya apuntan como dirigentes con mayor influencia, representando diferentes corrientes de opinión en la futura República. Durante la República vivirá en crisis permanente fragmentado por dichas corrientes de opinión (moderados como Besteiro, Saborit, Trifón Gómez o Fernando De los Ríos, el centro de Prieto, Zugazagoitia, Vidarte o González Peña y la izquierda socialista de Largo Caballero, Luis Araquistáin, Wenceslao Carrillo, Pascual Tomás). Con el comienzo de la Guerra Civil se añadirá una nueva corriente, la prosoviética con Negrín, Álvarez del Vayo, Rodríguez Vega o Lamoneda,  más afín a las posiciones del PCE y contribuyendo así a la parálisis del partido. Hegemónico en el seno de la UGT hasta los últimos meses de guerra. Su perdida de las Juventudes Socialistas en favor de las JSU y de la Federación Socialista en Catalunya en beneficio del PSUC ahondarán en su desplazamiento. PCE (Partido Comunista de España) creado en 1921 padece el doble impacto de los vaivenes a que le somete  la Internacional Comunista y la represión específica de la Dictadura. Una crisis permanente con escisiones y fragmentaciones propias del sectarismo político. Desde 1925 bajo la dirección de José Bullejos y G. L. Trilla, representa la hegemonía de la corriente stalinista desde el primer momento. En 1932 esta dirección es eliminada y sustituida por la de Díaz, Hernández, Uribe y Pasionaria que se prolongará hasta 1942. Su fuerza no solo proviene de ejercer como representante soviético en España, su cooptación de las Juventudes Socialistas, creación de las JSU y la constitución del PSUC en Catalunya serán determinantes en el desenlace político del país. Convertida en una organización monolítica actuará como delegación de la Internacional Comunista en España. En realidad y por encima de los dirigentes mencionados sus mentores prácticos no eran otros que los enviados por la Komintern: Humbert Droz, Codovilla, Togliatti, Geroe… FAI (Federación Anarquista Ibérica) reaparece con inusitado vigor en vísperas del fin de la Dictadura. Se crea en 1927 para agrupar a todos los grupos anarquistas dispersos, animados por la reconstrucción de la vieja Internacional AIT en 1923. Anarquistas y anarco-sindicalistas serán sus componentes mayoritarios (Peiró y los sindicalistas libertarios-treintistas y también anarquistas políticos como Pestaña quedarán al margen). Llevará a la CNT y al movimiento obrero a periódicas insurrecciones (enero 1932, enero 1933 y diciembre 1933) que indefectiblemente serán un desastre, más allá de demostrar la combatividad y el carácter heroico de las clases trabajadoras. La plana mayor del anarquismo (Santillán, Federica Montseny, Jover, Durruti, Ascaso, García Oliver…) terminará hegemonizando la CNT y excluyendo todo lo que resulte ajeno a un anarquismo exclusivo. Importante la fuerza de las Juventudes Libertarias. BOC (Bloque Obrero y Campesino). Tiene su origen en 1930 cuando la Federación Comunista Catalana-Balear (Maurín) es expulsada del PCE. La Federación se unifica con el PCC (Arquer), un pequeño partido comunista y catalanista. Cuenta en sus filas con numerosos pioneros del comunismo ibérico (Bonet, Rey, Gorkín, Portela, Colomer, Miravitlles…). Con excepción de la CNT es la mayor organización obrera de Catalunya. Partidario de la revolución democrático-socialista y principal promotor de la política de Alianzas Obreras. En 1935 y como consecuencia de la derrota de Octubre defiende la creación de un único partido marxista revolucionario, unificándose al final con la ICE y constituyendo el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). Este es el panorama de la izquierda política y sindical el día de la proclamación de la II República (14/4/1931). En 1932 y 1933 aparecen dos nuevas organizaciones: los trotskistas de la Izquierda Comunista de España y la corriente treintista (Federación Sindicalista Libertaria) desplazada de la CNT por la mayoría anarquista y anarco-sindicalista.  ICE (Izquierda Comunista de España). Agrupa a los comunistas disidentes (trotskistas, Nin, Andrade, Lacroix, Fersen, Loredo, Bilbao…) expulsados del PCE por identificarse con la Oposición Internacional de Izquierdas. Consecuente rechazo de las posiciones stalinistas. Tras ejercer como oposición interna del PCE en 1932 se convierte en partido, retrasando hasta entonces su presencia en el escenario político. En 1935 se unifica con el BOC dando lugar al POUM. FSL (Federación Sindicalista Libertaria). Se crea en 1933 tras la expulsión de los sindicatos de la CNT no identificados con la corriente anarquista, los llamados Sindicatos de Oposición. Siguen reivindicando su incorporación a la CNT y mientras se convierten en agrupación político-sindical. Son la llamada corriente “Treintista” (manifiesto de los treinta, Pestaña, Peiró, Clará, López…). En 1936 tras el congreso de reunificación de la CNT con los Sindicatos de Oposición, se disuelve como corriente política. Después de la Revolución de Octubre se renuevan los impulsos unitarios en todas las organizaciones obreras. Resultado significativo de esa presión será la constitución del POUM, además de la rectificación de la CNT que acerca a los Sindicatos de Oposición a la gran central libertaria e igualmente al abandono de la línea ultraizquierdista del PCE (del socialfascismo al antifascismo de los frentes populares). POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), resultado de la influencia ejercida por la revolución de octubre de 1934. Esa presión unitaria se materializa en septiembre de 1935 cuando las organizaciones BOC e ICE declaradas ilegales (como la práctica totalidad del movimiento obrero) dan un primer paso hacia la unificación. El proyecto global contemplaba la creación de un partido marxista único (con PSOE y PCE incluidos), proyecto teórico ajeno a la realidad política, al menos en lo que respecta al PCE y a su deriva stalinista. El POUM fue continuador de la política de Alianzas Obreras, tal y como su promotor el BOC y de la unidad sindical UGT-CNT, lo que le llevó a mantener, más allá de lo necesario, a la FOUS (Federación Obrera de Unidad Sindical) sindicatos expulsados de la CNT por marxistas e integrados en UGT ya iniciada la Guerra Civil. Declarado ilegal en junio de 1937, una vez liquidadas las veleidades revolucionarias de julio de 1936, correrá la suerte de su persecución simultánea por el stalinismo y el franquismo. Maurín y Nin serán sus personalidades internacionalmente reconocidas. PS (Partido Sindicalista) será el resultado de una escisión de la FSL en 1934-35, dirigido por el veterano dirigente libertario Angel Pestaña, partidario de la existencia de una especie de partido laborista en calidad de representante institucional de los sindicatos obreros. Como el resto de organizaciones formó parte del Frente Popular. Por último y una vez comenzada la Guerra Civil aparece en escena, en este caso en Catalunya una nueva organización política y cuya existencia será fundamental para entender el devenir político de la República y de la revolución social. Por último y una vez comenzada la Guerra Civil aparece en escena, en este caso en Catalunya, una nueva organización política cuya existencia será fundamental para entender el devenir político de la República y de la revolución social. Aunque termine siendo la organización catalana del PCE merece una consideración específica. PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya). Creado bajo la presión política de los acontecimientos decisivos de julio de 1936, agrupa a la Federación catalana del PSOE (Vidiella), al PCC como federación del PCE (Valdés), a la USC (Unió Socialista de Catalunya, dirigida por Comorera) y al pequeño Partit Catalá Proletari, escisión obrerista de Estat Catalá. Todas ellas organizaciones en gran medida desplazadas por la fuerza de CNT-FAI y POUM al comienzo de la revolución. De inmediato su conquista de la UGT catalana, su vinculación al PCE y a la Internacional Comunista le transforman en una fuerza decisiva, tanto para la reconstrucción del hundido Estado republicano como para la liquidación del proceso revolucionario en mayo de 1937. Por lo que respecta a las organizaciones sindicales en 1931: UGT (Unión General de Trabajadores). Nace en 1888. Con la CNT se reparte la influencia en el movimiento obrero español. Tiene también más de un millón de afiliados en 1931 y está vertebrado por las mismas corrientes de opinión que en el PSOE, más las que aportan el resto de partidos obreros que trabajan en su seno (PCE, BOC e ICE primero y PCE y POUM a partir de 1935).  CNT (Confederación Nacional del Trabajo). Creada en 1910 después de la Semana Trágica y resultado de la unificación de una multitud de sindicatos locales y de rama. Representante de las ideas sindicalistas, anarquistas y libertarias, tiene más de un millón de afiliados cuando se proclama la República. Es la heredera de la I Internacional y de la Federación de Trabajadores de la Región Española. Su órgano Solidaridad Obrera (La Soli) es el más popular de los periódicos obreros. Durante la República la hegemonía anarquista se expresa en su total amplitud en toda la Confederación. CGTU (Confederación General del Trabajo Unitaria). Sindicato minoritario afín al PCE, resultado de la política escisionista impulsada por el PCE tanto en el seno de la UGT como de la CNT.  En 1936 terminaría integrándose en la UGT. Posteriormente hay que mencionar, en el terreno sindical, la existencia de dos organizaciones sindicales que aún considerando su carácter efímero tienen su origen en expulsiones producidas en la CNT bajo la influencia hegemónica del anarquismo faísta (de la FAI). Sindicatos de Oposición. Conjunto de sindicatos locales o federaciones de industria de la CNT dirigidos por la corriente “treintista” y expulsados en 1933 por rechazar la exclusividad sindical de anarquistas y anarco-sindicalistas. Mayoritarios en Sabadel, Mataró, Manresa y en la Comunidad Valenciana, cuentan con presencia en Aragón, Asturias, Madrid y Huelva. Angel Pestaña y Juan López fueron sus secretarios generales. En el Congreso de la CNT de Zaragoza, en mayo de 1936, se reintegran en la misma con plenos derechos, con la excepción de las organizaciones de Sabadell y Manresa que lo harán en la UGT. FOUS (Federación Obrera de Unidad). Organización sindical vinculada al POUM y creada en mayo de 1936 para agrupar al conjunto de sindicatos expulsados de la CNT por estar dirigidos por marxistas. Mayoritario en Tarragona y Lleida agrupa a 60.000 afiliados, se mantiene como organización independiente para defender la constitución de un sindicato único de clase en Catalunya (CNT, UGT y FOUS). Sin embargo en septiembre de 1936 se reintegra en la UGT justo cuando esta organización ya es controlada por el PSUC (creado en julio de 1936). En los meses anteriores la FOUS hubiese dirigido la UGT catalana. Dirigida por Nin y Bonet, constituye el paradigma de los errores sindicales del POUM. Izquierda republicana o pequeñoburguesa:  Las clases medias o pequeñoburguesas se abrieron camino rechazando los extremos y considerándose, a sí misma, como la encarnación social del nuevo régimen. Los pequeños propietarios urbanos, el campesinado autónomo, los arrendatarios y aparceros aspirantes a la propiedad de la tierra que labraban, sobre todo en Catalunya, los profesionales liberales, el funcionariado…recibieron la República con entusiasmo. Lo cierto es que estos grupos oscilaban en función del territorio o del conflicto social que determinaba su existencia. Así donde su futuro dependía del bienestar de las clases populares su inclinación a la izquierda era notoria. En cambio donde no existía clase obrera o esta era muy débil, en no pocos casos constituyó la base de masas (nunca numerosa) del incipiente fascismo. Veamos la evolución de sus fuerzas políticas más representativas. En 1931 existían AR, PRS y PRF. En 1934 y 1936 IR y PRF.  AR (Acción Republicana). Creado en 1925 bajo la incuestionable dirección de Manuel Azaña, antiguo miembro del Partido Reformista, activo durante el régimen de la Restauración. Su compromiso republicano lo es con las clases medias y con sus aspiraciones laicistas y democráticas. Su protagonismo va más allá de su fuerza numérica debido, sobre todo, a la promoción que los socialistas hacen del republicanismo progresista. Natural cuando las transformaciones sociales se asocian con el poder de supuestas burguesías modernizadoras. Junto a Azaña mencionar a Gira Pereira, Augusto Barcia o Sánchez Albornoz. En 1934 será el referente para la constitución de la Izquierda Republicana. PRS (Partido Radical Socialista). Agrupa, a partir de 1929, al sector más izquierdista de la Alianza Republicana como previo al Pacto de San Sebastián. Es el partido más numeroso de la izquierda republicana pero carece de la solidez de la Acción Republicana de Azaña. Partido contradictorio con política de alianzas a izquierda y derecha según capricho del dirigente de turno. Anticlerical, defensor de la reforma agraria, connivente con el obrerismo más apolítico, se desarrolla de escisión en escisión. José Antonio Balbontín crea el Partido Social Revolucionario antes de ingresar en el PCE. Botella Asensi la Izquierda Radical Socialista. Sus máximos dirigentes, Marcelino Domingo, Álvaro Albornoz, Ángel Galarza, Leopoldo Alas, Victoria Kent dieron vida al efímero Partido Radical Socialista Independiente, antes de unificarse con Acción Republicana y devenir en Izquierda Republicana. Todavía hubo un sector, dirigido por Félix Gordón Ordás contrario a la unificación con AR y que optó por constituir Unión Republicana con Martínez Barrio, en este caso una escisión proveniente del lerrouxista Partido Republicano Radical. Todo este trasiego en 1934. PRF (Partido Republicano Federal). Creado en 1930 en un intento por reconstruir el viejo partido formado en 1868 por Pi i Margall (uno de los presidentes de la I República). De profundas raíces obreras y muy vinculado al sindicalismo cenetista, no formó parte de la nueva Izquierda Republicana (contrario a la colaboración con Azaña).Su dirigente más representativo Eduardo Barriobero, uno de los llamados jabalíes, será fusilado al fin de la guerra. Pi i Arsuaga (albacea de Pi i Margall), Franchy Roca, ministro en el gobierno republicano durante el bienio progresista…El partido prácticamente se extingue durante la Guerra Civil.  IR (Izquierda Republicana). Resultado de la unificación en 1934 de los partidos republicanos de la considerada izquierda pequeñoburguesa: Acción Republicana (AR), Partido Radical Socialista Independiente (PRSI) y Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA). Situada entre la reacción y la revolución, esta unificación era la única posibilidad de que la izquierda pequeñoburguesa disfrutase, al menos, de alguna forma de protagonismo político. Así fue, de AR procedían Azaña (presidente del Gobierno y de la República), José Giral Pereira (presidente del Gobierno), ministros como Barcia, Velao, Sánchez Albornoz, Ruiz Funes. Del PRSI, los ministros Marcelino Domingo, Álvaro Albornoz, Galarza o la Directora General Victoria Kent. Procedente de la ORGA, el desastroso presidente de Gobierno Santiago Casares Quiroga. Un protagonismo ganado en 1935, con las cárceles abarrotadas y la izquierda en semiclandestinidad, los mítines de Mestalla en Valencia, Lasesarre en Baracaldo y el excelso del campo de Comillas en Madrid (casi 400.000 asistentes)  pasó por encima de la polarización política y social del país. Derecha republicana:  Las clases dominantes recibieron divididas el advenimiento republicano. No todas vincularon su suerte a la continuidad de la Dictadura. Tampoco confiaron en la recuperación del régimen de la Restauración, vieron a la Monarquía definitivamente tocada. No quedaba otra solución que prepararse para un nuevo proceso constituyente republicano, de desenlace desconocido y con unas masas desbordantes. Es por ello que las clases burguesas no estuvieron ausentes del Pacto de San Sebastián, tenían que ponerse a la cabeza y utilizar las herramientas políticas legadas por el viejo o viejos regímenes (Restauración, Dictadura, dictablanda), en particular la Guardia Civil y todos los instrumentos de coerción y de hegemonía, Iglesia en especial. Tocaron todos los polos y estuvieron en todos los complots desatados, presentes en el bando republicano y presentes en el bando franquista, de forma directa o a través de intermediarios. Oligarcas, burgueses, terratenientes, alto funcionariado, apostaron por la República pero también conspiraron contra ella hasta su liquidación. Se puede admitir que salvaguardaron sus intereses de clase de una manera brutal. En fin, el compromiso de las clases ricas con la República era inversamente proporcional a la impotencia de las clases obreras. En 1931 estaban presentes el PRR, PLD, DLR y ASR. En octubre de 1934: PRR, PLD, PRP, PRC y UR. En julio de 1936: PRR, PLD, PRP, PRC, UR, PNR y PCD. PRR (Partido Republicano Radical). A pesar de su denominación es la más poderosa organización de la autoconsiderada burguesía democrática. Fundado por Alejandro Lerroux en 1908 como escisión de la Unión Republicana del veterano Nicolás Salmerón. Tuvo todas las virtudes propias de la degeneración política: oportunismo, demagogia y corrupción (asuntos “estraperlo” y Nombela) hasta la irrelevancia definitiva en 1935. Fue el partido dominante durante el bienio negro. Tres de sus miembros (Alejandro Lerroux, Ricardo Samper y Martínez Barrio) fueron presidentes de Gobierno. Otros personajes estuvieron implicados en los peores momentos de la represión tras Octubre (Rafael Salazar en Gobernación, Diego Hidalgo en Guerra). En 1934 ante la incipiente aproximación del PRR a la CEDA se produjo la escisión de Martínez Barrio que, con elementos procedentes del Partido Radical Socialista crearon la Unión Republicana, partido que formaría parte del Frente Popular. No olvidar que Clara Campoamor fue miembro de este partido, rompió por la aproximación del mismo a la CEDA en 1934 e intentó adherirse a Izquierda Republicana, sin que los azañistas la admitieran. PLD (Partido Liberal Demócrata). Heredero en 1931 del Partido Reformista creado por Melquiades Álvarez en 1912. Como todos los partidos de la derecha republicana su derechización fue una constante durante todo el periodo. Tuvo sobre todo, en el bienio negro varios ministros (Filiberto Villalobos) y García Argüelles y Álvarez Valdés sus más reconocidos diputados. Su presencia se limitaba a Asturias, Salamanca y Madrid. Desapareció al comienzo de la guerra, con el fusilamiento en la cárcel Modelo, de su presidente. DLR (Derecha Liberal Republicana). Este partido aspiraba, con sus relevantes personajes, a disponer de la representación mayoritaria de la derecha burguesa y republicana. Nacido en 1930 tuvo un especial protagonismo en el Pacto de San Sebastián, de hecho Niceto Alcalá-Zamora preside el primer gobierno de la nueva República y Miguel Maura es el poderoso ministro de la Gobernación. Pero pronto abandonaron la conjunción republicano-socialista, asustados por el cariz que adoptaba el debate constitucional. No obstante y a pesar de este hecho, Alcalá-Zamora sería premiado con la Presidencia de la República. Pero la pareja Alcalá-Zamora y Maura fue efímera, en 1932 rompían sus relaciones. PRC (Partido Republicano Conservador). Creado por Maura en 1932 tuvo diputados en noviembre de 1933 y febrero de 1936, pero languideció hasta su desaparición con la guerra, el mismo drama de todos los partidos de la derecha republicana. PRP (Partido Republicano Progresista). Creado por Alcalá-Zamora tras su ruptura con Maura en 1932 y gozando de presencia pública hasta 1936. A fin de cuentas, ostentar la Presidencia de la República Española aseguraba, al menos, una cierta notoriedad, una garantía de continuidad y hasta algún que otro ministro en diferentes gobiernos (Cirilo Del Río). ASR (Agrupación al Servicio de la República). En 1931 un grupo de intelectuales entusiasmados con la proclamación de la República crearon una agrupación sin intención de convertirla en partido político: Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Gregorio Marañón, Justino de Azcárate… Sin embargo pronto se sintieron defraudados por la irrupción de las “masas” en el escenario político, un toque plebeyo ciertamente previsto y no deseado. No obstante ante la perspectiva de que su prestigio les llevase por caminos partidarios, prefirieron, en 1932, disolver la Agrupación. UR (Unión Republicana). En 1934 y por iniciativa de Martínez Barrio se produce la escisión del PRR, contrarios al viraje derechista de ese partido y con otros elementos procedentes del PRS (Gordón Ordás), opuestos a IR, forman el nuevo partido (Giner De los Ríos, Álvarez Buylla y Blasco Garzón hacen lo propio). Como nueva fuerza política procura  mantener la lealtad de las clases burguesas hacia la República, lejos de la extrema derecha y cerca de las clases obreras a fin de limitar sus aspiraciones. Siendo su ala derecha forma parte del Frente Popular y participa, el 19 de julio de 1936, en un intento de formación de un gobierno de coalición entre los golpistas (Martínez Barrio ofrece a Mola la cartera de Guerra) y los moderados del Frente Popular. Sobra decir que la movilización popular desbarató la conjura. PNR (Partido Nacional Republicano). En 1934 el prestigioso jurista e inquieto político Sánchez Román creó este partido con restos de los numerosos naufragios de republicanos de izquierda y derecha, Ramón Feced del PRS, el más conocido. No se incorporó a la Unión Republicana de Martínez Barrio y se apartó del Frente Popular dada la presencia de la izquierda obrera en su seno. Desapareció en 1936. Nadie lo echó de menos. PCD (Partido de Centro Democrático). En 1935 y antes de las elecciones del 16 de febrero de 1936, el último presidente de gobierno, Portela Valladares, amigo personal del Presidente de la República, es encargado de formar un nuevo partido capaz de atraer el voto de la anteriormente poderosa derecha republicana. La polarización social y política le sitúa entre el Frente Popular y el Bloque Nacional en la perspectiva del inminente colapso del PRR y del resto de opciones afines. Obtiene 17 diputados, más que ningún otro de la derecha republicana, con la excepción de UR (37), integrado en el Frente Popular.  Extrema derecha o neofascista:  Durante el bienio progresista la extrema derecha se mantuvo en estado latente, expectante, de observación. Las clases dominantes estimaban necesaria su existencia pero no su protagonismo político, fundamentalmente por el crédito de que gozaba la nueva república y el descrédito de la vieja monarquía en todas sus formas. Cuando el conflicto social producía una cierta impaciencia en las clases revolucionarias, el presente se mostraba inquietante para las clases ricas. En 1933 la experiencia de la conjunción republicano-socialista se daba por liquidada (¡fuera socialistas!) dando paso a una nueva experiencia, gobiernos de la derecha republicana en coalición con la extrema derecha. Pero esta experiencia tampoco fue satisfactoria (¡el movimiento obrero seguía vivo!). En 1936, sólo quedaba un recurso y ni los nacional-católicos de la CEDA, los monárquicos de Renovación Española, los tradicionalistas carlistas, ni el grupo fascista-terrorista de la Falange ofrecían garantías de continuidad ni de estabilidad para su sistema de dominación. Así las cosas, el Ejército y la Iglesia se convirtieron en su partido predilecto. Con la República se visualizó el tránsito político de las clases burguesas: Primero Lerroux,  a continuación Gil Robles, le sigue Calvo Sotelo y culmina con Franco. En 1931 ya existían Acción Popular, la Unión Monárquica, y los carlistas. En 1934 la CEDA, Renovación Española, carlistas y falangistas. Esas mismas organizaciones también estaban presentes en 1936, al comienzo de la Guerra Civil.  CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas). En 1931 se crea  con el nombre de Acción Nacional, denominación que según la nueva legislación, el concepto Nacional, no puede utilizarse. En 1932 es Acción Popular, ya entonces una organización de masas que en 1933 reagrupa a todas las derechas regionales o provinciales en la CEDA. Su promotor Ángel Herrera Oria, presidente de la ACNP (Asociación Católica Nacional de Propagandistas) y fututo obispo de Málaga durante el franquismo. En realidad la CEDA y sus predecesores fueron creación de la propia Iglesia para promover el nacional-catolicismo y proteger los intereses de la Iglesia y los grupos sociales dominantes. Sus recursos permitían disponer de Editorial Católica, su órgano El Debate, el CEU, El Instituto Social Obrero, la Confederación Agraria, organizaciones patronales, de padres de alumnos… Durante su existencia mantuvo una relación especial con el Partido Agrario Español de Martínez Velasco que gozaba de independencia dentro del partido-coalición. Su programa y su práctica la aproximaban al fascismo y no a la democracia cristiana. Su Jefe Gil Robles y su organización juvenil JAP (Serrano Súñer su líder) así lo atestiguaban. Su entrada en el Gobierno en 1934 fue la provocación que el movimiento obrero no pudo rehusar. Apoyó, sin reservas, el golpe militar del 17 de julio y se disolvió en la organización política del franquismo (donde no dispuso de la hegemonía).  RE (Renovación Española). En gran parte es el heredero de la Unión Patriótica de Primo de Rivera que en 1931 se presenta como Unión Monárquica. Son los monárquicos alfonsinos con un baño de carlismo tradicionalista. Dirigido por Antonio Goicoechea hasta el regreso en 1934 de José Calvo Sotelo, amnistiado por uno de los gobiernos del bienio negro. En 1936 y tras el fracaso gubernamental de la CEDA en 1934-35, se convierte en líder del Bloque Nacional. Ramiro de Maeztu y Pemán formaban parte de este reaccionario partido.  FE de las JONS (Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista). Denominación irracional que todo lo mezcla y todo lo confunde pero que solo se comprende desde la mística de sus creadores. No era poesía, como ellos decían, sino delirio criminal. Creada en 1933 (José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador y el aviador Ruiz de Alda), un año después se fusiona con las JONS de Ramiro Ledesma y Onésimo Redondo. Sostenida financieramente por los monárquicos y por el gobierno italiano, para quien trabaja. Su función no es otra que ejercer como fuerza de choque contra el movimiento obrero y las organizaciones de izquierda. De ideología fascista y como gustaba decir a sus dirigentes “…está bien que las clases existan pero no la lucha entre ellas”. En 1933 tuvo un diputado y en 1936 careció de representación parlamentaria. Su lugar estaba más cerca de las pistolas y de los atentados contra la izquierda y el movimiento obrero, pero supo atraerse a las Juventudes de Acción Popular de la CEDA. En torno a la Falange y previa eliminación de Hedilla, sucesor del ausente, Franco creará el partido único de su régimen.  CT (Comunión Tradicionalista). Es la expresión política del movimiento carlista, existente desde 1869 con diferentes denominaciones y que en 1930 unifica sus diferentes corrientes legitimistas (Nocedal, Vázquez de Mella y la moderna del conde de Rodezno). Como la CEDA, cuenta con una relativa base de masas focalizada en zonas como Álava y Navarra y con una importante organización armada (requetés). Representa el tradicionalismo pre-moderno: Dios, Patria, Rey, Fueros, incorpora en su seno al Partido Nacionalista Español de J. Mª Albiñana. En 1937 con el decreto de unificación política, se crea FET y de las JONS, previa eliminación de Fal Conde, sucesor del conde de Rodezno. Mientras los nacional-católicos de la CEDA y los monárquicos alfonsinos se incorporan en silencio, formalmente la unidad se efectúa entre falangistas y carlistas.  Nacionalistas:  La proclamación de la República produce un imponente estímulo en las naciones sin Estado y que abordan un proceso de construcción nacional. En otras regiones el proceso requiere de ritmos diferenciados, pero la creación de identidades locales también se acelera sobre todo, la crisis del Estado centralista. Es Catalunya quien establece los cauces mientras Euskadi y Galicia reivindican sus aspiraciones. Es en 1932 cuando se aprueba el Estatuto catalán pero las Cortes centrales, lo modifica y reduce sus competencias paralizando su plena entrada en vigor. Diferentes partidos, de izquierda y derecha coinciden en la defensa estatutaria aunque representen a grupos sociales de intereses contrapuestos. Con la excepción de la Lliga Catalana, todas las existentes en ese momento (la ORGA ya había desaparecido) formarán parte del Frente Popular y permanecerán leales al Estado republicano. La Lliga se posicionará por los militares golpistas. Iniciada la guerra, Catalunya conformará un Estado con plenas competencias nacionales; el Estatuto vasco entrará en vigor inmediatamente y; en Galicia, nada se podrá hacer.  LC (Lliga Catalana): Nace en 1901 como Lliga Regionalista (en 1933 suprimirá su definición regionalista) para organizar al creciente catalanismo asociado de afirmación nacional que se desarrolla en Catalunya. En 1906 formará parte de Solidaritat Catalana defendiendo la creación de la Mancomunitat. Dirigida por Prat De la Riva y posteriormente por Francesc Cambó tiene la hegemonía en el catalanismo hasta la proclamación de la República. Colabora, como fuerza conservadora, con el régimen de la Restauración y muestra su apoyo al golpe de Primo de Rivera en septiembre de 1923, aunque sea prohibida su actividad. Se podría decir que sacrificaron su identidad nacional para librarse de la amenaza del movimiento obrero de la época. En su línea de salvar la bolsa colaboró con Gil Robles y la CEDA en 1934 y apoyará el golpe de Franco en 1936. Desaparecerá con la guerra.  EC (Estat Català): Fundado en 1922 por Francesc Macià como expresión independentista del nacionalismo catalán. En 1925 solicita ayuda, a través de Nin, del Estado soviético en favor de la independencia y en 1926 participa en el fracaso de invasión de Prats de Molló. De este partido procede la creación de los escamots, organización paramilitar independentista. Son numerosas sus fracturas internas: en 1928 una corriente marxista dirigida por Jordi Arquer dará lugar al Partit Comunista Català que dos años después se unificará con la Federación Comunista Catalano-Balear de Maurín para crear el BOC; en 1931 su plana dirigente –Francesc Macià- decide constituir ERC; otro de sus fundadores, Daniel Cardona, el grupo Nosaltres Sols! y en 1932, Jaume Compte, Estat Català-Partit Proletari que en 1936 se integrará en el PSUC. Participa en los gobiernos de la Generalitat junto a ERC, pero con la evolución del partido hacia un tipo de racismo fascista (Dencàs y Badia) termina su colaboración. Participa en la Guerra Civil en el bando republicano, aunque sometido a fuertes conflictos internos, siempre enemigo declarado de la revolución social.  ACR (Acción Catalana Republicana): Partido propio de las profesiones liberales, de corte liberal, republicano y nacionalista formó parte del Gobierno Provisional de la República (Lluis Nicolau Olwer) y de diferentes gobiernos de la Generalitat (Carrasco Formiguera). Integrado en el Frente de Izquierdas de Catalunya en febrero de 1936 decae su protagonismo, terminó siendo miembro activo en las instituciones del exilio republicano.  ERC (Esquerra Republicana de Catalunya): Fundado en 1931 por la dirigencia de Estat Català, a fin de superar las indefiniciones políticas e ideológicas del mismo. Es el primer partido de Catalunya y de sus filas surgen tres presidentes de la Generalitat (Macià, Companys y Tarradellas). Partido de la pequeña burguesía progresista y republicana con gran influencia entre el campesinado arrendatario (rabassaires) e incluso en sectores obreros no proclives al anarquismo. En octubre de 1934 proclama el Estado catalán en el marco de la República Federal, aunque tras la reacción militar y la represión termina asumiendo la suspensión del autogobierno. En julio de 1936 forma parte del Coité Central de Milicias Antifascistas. Responsable, junto al PSUC, de la liquidación en mayo de 1937 del proceso revolucionario, lo que a fin de cuentas termina perjudicando a la propia autonomía de Catalunya (el Gobierno central acaba instalándose en Barcelona y reduciendo sus competencias).  PNV (Partido Nacionalista Vasco): Fundado en 1895 por Sabin Arana. A pesar de la solidez de su influencia social, en diferentes momentos ha sido calificado de conservador, liberal, democristiano o socialdemócrata, lo que no obstaculiza su carácter católico, humanista, popular y nacionalista. Defensor de la República y de la autonomía vasco-navarra, dispone de una importante organización juvenil (EGI) y un peso en el movimiento sindical vasco (ELA). Ya iniciada la Guerra Civil y aprobado el Estatuto Vasco, se conforma el primer Gobierno, presidido por José Antonio Aguirre hasta junio de 1937 con la caída del “cinturón de hierro” protector de Bilbao. Formó  parte del Gobierno de la República con Manuel Irujo como ministro. El PNV sería acusado de acordar el “pacto de Santoña” con las tropas italianas de ocupación.  ANV (Acción Nacionalista Vasca): Creado en 1930 para agrupar al nacionalismo de izquierda que no se considera representado por el clericalismo conservador del PNV. Defensor de la independencia de Euskadi, se integra en el Frente Popular y forma parte del primer Gobierno Vasco (Gonzalo Nárdiz) y del Gobierno de la República (Tomás Bilbao).  ORGA (Organización Republicana Gallega Autónoma): Creado en 1929 incorpora a las Irmandades de Fala extendidas por Galicia y también a las organizaciones regionales de PRR y PRS. Sus promotores fueron Casares Quiroga y Villar Ponte. Partidarios del autonomismo de izquierda en 1931 sufre la escisión de lo que será el Partido Galleguista. En 1934 la ORGA se unificará con la Acción Republicana de Manuel Azaña y con el Partido Radical Socialista Independiente de Marcelino Domingo en la que será Izquierda Republicana. Santiago Casares Quiroga será el jefe de gobierno cuando se produzca el golpe de estado franquista, un bromista inútil y de mal gusto (“si los militares se levantan, yo me voy a acostar”).  PG (Partido Galleguista): En 1931 se produce la escisión de la ORGA y que conduce a la creación del PG (Rodríguez Castelao y Alexandre Bóveda). El Estatuto gallego se aprueba en referéndum el 28 de junio de 1936, pero un mes después, el triunfo del golpe franquista hace imposible su aplicación. Su actividad se desarrolla en la clandestinidad y en el exilio republicano. Miembro del Frente Popular, llega a contar con tres diputados en las Cortes republicanas. Fuente → fundanin.net La Voz de la República - Todas las Noticias RSS El Primer DNI Republicano

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